Pocas playas hay en Galicia como el arenal nudista más conocido de la ría de Vigo: Barra. Y pocos barcos hay en el mundo como el yate del difunto oligarca ruso Mikhail Khimich: «Thalia». Ambas joyas están a la vista de todos los bañistas y navegantes que frecuentan la zona desde el pasado jueves.
La espectacular embarcación fondeó en la bahía viguesa y durante toda la jornada de este viernes sus privilegiados propietarios disfrutaron de la bonaza meteorológica. Con 48,42 metros de eslora, una manga de 9,7 metros y un calado de 4,2, el barco es una auténtica maravilla del diseño. Cuenta con varias embarcaciones auxiliares, con las que los dueños bajaron a la playa de Viñó a lo largo del día.
Fue construido en 1994 en los astilleros neerlandeses de la empresa Vitters a partir de un diseño de Ron Holland Design. Dispone de espacio para 10 invitados en cinco suites y la tripulación está formada por ocho personas. Llaman la atención sus líneas, con un casco de acero con una superestructura de aluminio y una reluciente cubierta de madera de teca.
Misteriosa muerte
Pero es que además, el dueño del «Thalia» tampoco ha pasado desapercibido ni mucho menos y en los últimos meses su supuesta muerte ha estado rodeada de misterio. Se trata del magnate ruso Mikhail Khimich, relacionado con negocios de petróleo y con una amplia y polémica trayectoria en Nueva Zelanda.
A principios del presente siglo, el oligarca desembarcó en el país «kiwi» y se convirtió en promotor de numerosas iniciativas deportivas. Copa América de Vela o fútbol fueron algunas de sus incursiones. También adquirió las famosas piscinas termales de Waiwera.
Pero la historia se torció en 2018, cuando Khimich se vio involucrado en un accidente de tráfico en el que dio positivo por alcohol. Lejos de asumir las consecuencias, decidió huir del país sin presentarse al juicio.
En su escapada dejó tras de sí un reguero de desfalcos e impagos, incluidas varias donaciones comprometidas a equipos deportivos y también la gestión de las piscinas. Hace solo unos meses, en marzo de 2022, el periódico Newsroom publicó que Khimich había fallecido en Rusia tras padecer Covid-19, aunque el misterio rodea sus supuestos últimos días de vida.