El Concello de Vigo ha anunciado este miércoles nuevas medidas para afrontar la compleja situación de abastecimiento de agua que azota a la ciudad, a Galicia, al conjunto de España e incluso a gran parte del continente europeo. El alcalde, Abel Caballero, ha comunicado la orden municipal de reducir “al mínimo” el tiempo y la presión de los sistemas de riego en la ciudad, una vez que ya se prohibió el llenado de piscinas y se suprimieron como norma general los baldeos –que no obstante se pudieron ver en algunos puntos del casco urbano-.
Igualmente, el regidor local ha avisado de que también se rebajará la fuerza con la que sale el agua de las duchas y los lavapiés situados en las playas. Igualmente, aquí se acortará la duración de los chorros. A este respecto, Caballero pidió un poco de sentido común: “Quien se duche en playa, que luego no se duche en casa”, señaló. Además, solo se mantendrán en funcionamiento las fuentes ornamentales que funcionen con circuitos cerrados.
Con estas medidas, el Concello busca limitar todo lo posible el gasto de agua en particulares. Pero también quiere lanzar una petición a la industria para, entre todos, hacer un “consumo más responsable que nunca”. Por ello, este miércoles ha enviado una carta a “todos los grandes consumidores” para solicitar un “ahorro absoluto” de agua en fábricas y establecimientos.
Caballero ha recordado que la ocupación del embalse de Eiras, del que Vigo se abastece principalmente, se encuentra a un buen nivel (82%). Sin embargo, es necesario “prevenir” ante los pronósticos meteorológicos que alertan de un otoño seco. “No estamos mal pero podemos estar muy mal en otoño”, apuntó.
Caballero hizo extensivas estas recomendaciones a todos los municipios del entorno que se nutren de Eiras –el embalse de Zamáns es notablemente más pequeño- y lanzó una fuerte advertencia sobre dos de ellos. “No quiero dramatizar pero Nigrán y Baiona están a punto de quedarse sin agua. Acudirá Vigo a su rescate, utilizando agua de Vigo. Claro que vamos a estar con ellos, cómo no vamos a estar. Pero la Xunta no, la Xunta no hace nada”, declaró el alcalde, quien llegó a incluir a “parte de Gondomar” en esta delicada coyuntura. “Ojalá llueva. Pero… ¿y si no llueve?”, concluyó.
La lluvia registrada en las últimas horas apenas ha paliado la situación. Los 12 litros por metro cuadrado que cayeron entre la tarde del lunes y la mañana del martes han servido para rebajar el riesgo de incendio forestal pero han sido prácticamente imperceptibles para las reservas. Cabe recordar que no se producían precipitaciones en Vigo desde el 19 de julio, es decir, casi un mes.