La mitad del torrente sanguíneo de El Madrileño es celeste. Lo demostraron con orgullo todos los heterónimos de Antón Álvarez: a Crema lo vieron celebrando un gol del Celta, Pucho apoyó al equipo en redes sociales, C.Tangana explicó el porqué de su amor por la institución y ahora, El Madrileño, demuestra su respeto por Vigo en un concierto histórico en el que reunió a figuras icónicas de la canción española.
El aforo en pista estaba lleno, 5.500 personas, y la zona VIP abarrotada de seguidores (400) una hora antes de que empezase el concierto. Pero en las localidades más codiciadas, las primeras filas, lideraban el espectáculo los grupos de fieles que guardaron su sitio desde primera hora de la mañana. Ellos atestiguaban la indiscutible grandeza de C.Tangana: fueron éxtasis, furia, fuegos artificiales.
Se prohibió fondear, pero los propietarios de algunos de los yates privados amarrados en el muelle celebraron la fiesta viguesa de la gira ‘Sin cantar ni afinar‘. En las inmediaciones del recinto desafiaban el control de las fuerzas y cuerpos de seguridad los centenares de personas que no consiguieron entrada. Son decididos, saben lo que quieren y lo fueron a buscar. Puede que no consiguieran su localidad pero tocaron el recuerdo de una noche que hizo historia en Vigo.
«¡Sal ya, Pucho!»
La ansiedad de los asistentes latía desde hace días pero empezó a resonar media hora antes de que empezara el concierto: «¡Sal ya, Pucho!», animaban algunos grupos. Los amigos de Olaya a esa hora ya iban por su tercer litro de cerveza y no hacían cola en la barra por no perder su espacio en tercera fila. Cuando pasaba el vendedor, lo llamaban.
C. Tangana, en una evidente declaración de intenciones, exigió un escenario de dimensiones colosales en el muelle. La puesta en escena de su show así lo requería. Antón Álvarez no solo maduró, también se hizo grande y sus composiciones trascienden al género que siempre será su raíz: el trap; pero ahora explora con maestría géneros diversos: de pasodobles a bachatas, boleros, fandangos, rancheras, reguetón y baladas.
Los silbidos y reclamos al grito de «Pucho» comenzaron cuando solo se intuían sus manos agarrando un telón que finalmente cae a los pies del ídolo y, por un fallo de cálculo, sobre alguno de los músicos. C. Tangana abre con ‘Te olvidaste‘ y camina sobre la larguísima pasarela impregnándose de la energía de sus fans. «Vamos a brindar con mi familia de Vigo», exclamó como aperitivo de un concierto implacable.
El público canto y bailó con ‘Comerte entera‘, pero se cegó con los pasos de El Madrileño en ‘Yelow’, que avanzó por la pasarela y transmitió su euforia como una onda expansiva en todo el muelle. A continuación, furor con los acordes de ‘Párteme la cara‘.
«Joder, se mueve igual que en 2017», recuerda una fan al amigo al le que cantaba al oído presa del milagro del efecto Tangana. Se volvió hacia el escenario con un grito: sonaban los primeros acordes de ‘Ateo‘ y el artista invitó al público a bailar junto a él, pero a los pie del escenario. A sus pies. Lo hicieron. Todos. Y sonaron las primeras palmas.
Jorge Drexler aparece por sorpresa en el escenario
Los instrumentos de viento afinaban la noche de épica de vértigo. Dominaron el concierto y marcaron las primeras notas de ‘Nominao‘ pero la auténtica nota la dio Jorge Drexler, que apareció en el escenario para sorpresa de algunos seguidores, que gritaban totalmente poseídos ante el dúo.
Percusion, gritos, focos: «Vigo», exclamó, y desató la locura con «Demasiadas mujeres«, pero si parecía que espectáculo ya había ofrecido un clímax imposible de superar apareció José Carmona a acompañar a su amigo. Se sentó en una larga mesa de madera que presidía un escenario bañado en luz cálida y recordaba al rincón de un tablao flamenco. La escenografía era un recurso narrativo clave y, apoyada por una enorme pantalla, conseguía incorporar en esa escena a quienes veían el espectáculo, copa en mano, desde la pista.
Junto a C.Tangana, Jorge Drexler y Juan Carmona fueron sentándose otras figuras de la canción.
‘Sin cantar ni afinar’: un profundo homenaje a la canción española
A Antonio Carmona le supo a poco y no faltó un bocado de Ketama en un tercio del show dominado por el flamenco. La mesa presidencial se unió La Húngara para interpretar la célebre ‘No estamos locos‘.
«Después de esta ovación me tengo que poner romántico», anunció C.Tangana antes de ofrecer una versión de ‘Aunque tú no lo sepas’, la emotiva canción de Enrique Urquijo y Los Problemas. Los maestros de la canción charlaban entre pieza y pieza en un espacio con aires de tablao que cuyo decorado transmitía la sensación de estar asistiendo realmente a un espectáculo íntimo e improvisado.
Los artistas arrancaron a bailar de nuevo al compás de ‘Los Tontos’, antesala de uno de los momentos momentos más intensos de la noche. Llegó A las 23:00 horas con ‘La alegría de vivir’, una sensación que los asistentes celebraban sin saber si mirar al escenario o sentir con los ojos cerrados ese homenaje brutal a la canción española.
‘Tranquilísimo‘ devolvió el ritmo de la música urbana a la pista y las caderas volvieron a inclinarse hacia adelante. Los brazos arriba. El cuerpo hacia atrás. El ánimo en llamas.
«¿Cómo estás pasándotelo en esta ciudad tan importante? Regular, tengo una noticia buena y una mala. La buena es que esta copa es gratis, la mala es que no trae invitados, trae morosos». El público atendía con el corazón en un puño a una performance de C.Tangana con el actor que interpretaba al camarero sobre las tablas y a continuación, cerraron la oda castiza de raíz de C.Tangana en Vigo con un vídeo homenaje a Pepe Blanco en las pantallas. Inolvidable.
Un homenaje al Celta y a la canción española
«No sé si lo sabéis pero tengo sangre viguesa y no sé si lo sabéis pero tu viejo es el que decide tu equipo de fútbol y por eso quiero hacer un brindis por el Celta en su 99 cumpleaños«, recordó la noche del 23 de agosto de 2022. Provocó un jaleo estremecedor entre el público.
La emoción contenida brotó en forma de profunda ovación y C. Tangana la aprovechó para dar paso a su «artista favorito entre los vivos y los muertos». Eran Geray Cortés y su virtuosismo a la guitarra para interpretar ‘Muriendo de envidia‘.
Hacia el final del concierto la Húngara, empoderada, avanzó junto a C. Tangana por el provocador cantando ‘Tú me dejaste de querer’. El cierre deparaba sorpresas, antes de interpretar la última canción, ‘Un veneno‘, El artista reservó para el cierre una dedicatoria muy significativa: ese show, esa noche histórica en la que Vigo se rindió a sus pies, estaba dedicada a su padre, que lo admiraba entre la multitud. Convirtió en protagonista a se vigués que lo hizo del Celta, que le enseñó a amar la ciudad olívica y su cultura, que consiguió que Antón Álvarez trajese a este elenco de estrellas de la canción española a la ría y diera el mejor de sus espectáculos en el 99 cumpleaños del Celta.