La lluvia por la que suspiran los embalses, ríos y acuíferos llegará a Vigo con el nuevo mes. Los días de playa parecen decir adiós debido a la bruma que tapa el sol en el litoral de la ciudad –que no en el centro, donde ha seguido haciendo calor- y esa tendencia se acentuará a partir de septiembre.
El pronóstico del tiempo ve más probabilidades de precipitaciones débiles conforme se acerque el próximo fin de semana. Por ahora no hay coincidencia entre las distintas agencias y portales de información meteorológica sobre cuándo se producirán los primeros chubascos. Se espera que la lluvia regrese el viernes y/o el sábado, aunque de modo casi testimonial.
El parte actual señala al domingo como un día de aguaceros algo más notables, sobre todo de madrugada. La lluvia se prolongará a lo largo del lunes y del martes, por lo que se podrían dar varias jornadas seguidas de inestabilidad meteorológica en la ciudad, algo que lleva mucho tiempo sin ocurrir.
La última vez que hubo que tener el paraguas a mano varios días seguidos en Vigo fue a finales de la primavera y principios del verano. Justo en el cambio de estación, entre el 19 y el 25 de junio, hubo seis jornadas de precipitaciones. Pero desde entonces solo ha caído agua cuatro veces, siempre de forma esporádica y sin registros pluviométricos que solucionen los problemas de abastecimiento.
Habrá que ver con qué intensidad cae la lluvia que se espera para la primera semana de septiembre. Y, sobre todo, si tiene continuidad, que es probablemente lo más importante. Por el momento, Meteogalicia indica que aguarda la entrada de un centro de bajas presiones que dejará chubascos “débiles”.
Cabe recordar que municipios como Nigrán y Baiona se mantienen expectantes. Según aseguran sus alcaldes, solo había reservas para dos meses, que serán tres después de que Vigo haya renunciado al suministro de agua desde Zamáns para nutrirse exclusivamente de Eiras.