Un informe elaborado por Ecoloxistas en Acción y Greenpeace constata la “mala calidad del aire” en la ciudad de Vigo, así como los niveles de contaminación acústica por encima de los máximos recomendados, con la plaza de Eugenio Fadrique como ‘punto negro’ en lo que respecta a partículas contaminantes en suspensión.
En el informe, que ha sido presentado ante los medios este miércoles, se reflejan los resultados de mediciones tanto de partículas en suspensión como de niveles de ruido en once zonas de la ciudad, y se corrobora “lo que ya se estaba detectando por las estaciones de medición oficiales” de la Xunta (en Coia y la calle Lope de Vega) y por las dos estaciones de la planta de Stellantis, según ha explicado Cristóbal López.
Así, se ha puesto el foco en contaminantes como esas partículas en suspensión, en el óxido de nitrógeno, el dióxido de azufre o el dióxido de carbono, todos ellos presentes en el aire como resultado de las emisiones del tráfico rodado, por incineración, por quema de residuos, o por actividad industrial, entre otros orígenes.
Los voluntarios de las organizaciones ecologistas han realizado mediciones en el cruce de Álvaro Cunqueiro con Pintor Colmeiro, en Gran Vía con Regueiro, en el cruce de Beiramar y calle Coruña, en la plaza de Eugenio Fadrique, en el ‘nudo’ de Isaac Peral, en el cruce de Choróns, en la plaza de España, en la plaza de América, en el cruce de Lepanto y Gran Vía, en el cruce de la Farola, y en el inicio de Avenida de Europa.
Según los datos recogidos, la concentración de dióxido de carbono en las calles de Vigo supera en la mayoría de mediciones las 630 partes por millón, lo que supone un 53% más al valor medio presente de forma natural en la atmósfera. En cuanto a las partículas en suspensión, los resultados también reflejan, en muchos casos, valores por encima de los recomendados por la OMS, llegando incluso a quintuplicarlos en zonas resguardadas del viento y en días secos (caso de la plaza de Eugenio Fadrique).
Con respecto a la contaminación acústica, las organizaciones ecologistas han alertado de que “toda la ciudad” supera los valores máximos recomendados, que son de 53 decibelios en mediciones diurnas y 45 decibelios en mediciones nocturnas. En el caso de Vigo, se han alcanzado valores medios por encima de los 70 decibelios en prácticamente todos los puntos de medición, y en algunos de ellos, por encima de los 85 decibelios, ha explicado Ana Pascual.
Medidas urgentes
Ante esta situación, y teniendo en cuenta el “impacto en la salud” de estos valores contaminantes, Ecoloxistas en Acción y Greenpeace han reclamado la toma de “medidas urgentes” en la ciudad, entre las que han destacado la necesidad de implantar ya la Zona de Bajas Emisiones.
Ana Pascual ha recordado que la implantación de estas zonas, donde está prohibido o restringido el tráfico, es una obligación para las ciudades de más 50.000 habitantes, en el marco de las actuaciones impulsadas por la Comisión Europea y el Gobierno para adaptarse al cambio climático, antes del fin de 2023.
En el caso de Vigo, la administración local “va con mucho retraso” y ni siquiera se conoce cómo se introducirá esta medida, ha apuntado Cristóbal Suárez, que ha añadido que deben tomarse también otras medidas, como el aumento de la masa de árboles. “Y esto con el agravante de que el alcalde es presidente de la FEMP, un organismo que editó una guía para municipios en este sentido, y él no da ejemplo”, ha puntualizado, y ha informado de que se remitirá el informe al gobierno municipal.
Del mismo modo, Ana Pascual ha reclamado mejoras en el transporte colectivo y más zonas peatonales, y ha lamentado que el modelo actual de ciudad en Vigo “no se acerca ni de lejos al de una ciudad sostenible”. Como ejemplo, ha señalado la intención del gobierno local de impulsar la construcción de un vial de alta capacidad por Beade, que “aumentará el tráfico y la contaminación”.