El presidente de la Autoridad Portuaria de Vigo, Jesús Vázquez Almuiña, analizó este martes los grandes retos de los Puertos de Interés General para 2030, con motivo de su participación en una mesa redonda organizada por la Asociación de Consignatarios de Buques y Estibadores del Puerto de Bilbao (ACBE), y en la que estuvieron presentes el titular de Puertos del Estado, Álvaro Rodríguez Dapena, y responsables de otras Autoridades Portuarias (Bilbao, Pasaia, Santander, Gijón, Avilés, Ferrol-San Cibrao y A Coruña).
Durante su intervención el presidente portuario hizo un alegato en defensa del sector pesquero que, en el caso del Puerto de Vigo, mueve 815.431 toneladas anuales de mercancía, supone un valor industrial de más de 2.781,59 millones de euros, y proporciona miles de empleos en Vigo y su área de influencia.
“Sin embargo -recordó- este sector tan importante para nosotros ha tenido que hacer frente a grandes dificultades, como las derivadas de la invasión rusa de Ucrania, lo que ha provocado la subida de precios del combustible, un entorno altamente inflacionista y de retracción del consumo y, más recientemente, el veto a la pesca con redes de arrastre y otras artes de fondo en 87 zonas de las aguas comunitarias nororientales, en una profundidad comprendida entre 400 y 800 metros. Una normativa que calificó como “difusa en muchos aspectos” y “absolutamente injusta e injustificada” para el sector pesquero de Galicia.
Según aseveró, “esta normativa busca supuestamente la sostenibilidad medioambiental para proteger ciertos fondos y especies de flora vulnerables, pero se deja de lado la social y económica, al obligar a toda una parte del sector a desplazarse a otros caladeros en los que faenan pesqueros de otras artes, y que ahora se verán sobreexplotados de forma intensiva, lo cual tampoco parece una medida muy equilibrada ni desde un punto de vista medioambiental”.
Durante la jornada, organizada con motivo del centenario de ACBE, Vázquez Almuiña se refirió a los que considera los retos más importantes y comunes a los puertos de la fachada del Atlántico Norte y del Cantábrico, como son la mejora y fomento de la intermodalidad marítimo-ferroviaria, las medidas sostenibles desde el punto de vista medioambiental y energético, y el apoyo al sector pesquero.
En lo que respecta al primer reto, el de la intermodalidad, hizo hincapié en el necesario desarrollo del corredor atlántico “al mismo ritmo que el corredor mediterráneo y con conexión a los principales Puertos de Interés General”.
En el caso concreto del Puerto de Vigo, explicó que los principales retos para el 2030 vinculados a la intermodalidad son el enlace ferroviario de la Terminal de Bouzas a la salida sur de ferrocarril y ésta, a su vez, al corredor, así como el desarrollo y puesta en servicio del Centro Intermodal de la Plisan, promoviendo su categoría a terminal ferroviaria dentro de la Red Transeuropea de Transportes (red TEN-T).
“Con estos dos retos -explicó- se conseguirá un incremento del uso del modo ferroviario frente a la carretera, que es el objetivo final como modo medioambientalmente más sostenible”.
Asimismo, reivindicó, dada su importancia geoestratégica, la inclusión tanto del Puerto de Vigo como de la Plisan dentro de la red básica (Red core) transeuropea de transportes (actualmente se encuentran en la red global).
Una transición energética progresiva y justa
En el apartado de sostenibilidad, abogó por una transición energética “progresiva y justa”, lo que, a su juicio, supondrá un gran reto de adaptación, pero donde la institución que preside se ofrece como guía dentro de su estrategia de Crecimiento Azul (Blue Growth). Un plan europeo basado en la economía azul sostenible y que ha propiciado numerosos proyectos y acciones verdes en los últimos años.
En este contexto y, según recordó, el organismo portuario compra toda la energía procedente de fuentes renovables, pero en su afán por ir más allá, quiere ser además generador de estas energías.
Vázquez Almuiña se refirió también a la instalación de paneles fotovoltaicos en todos sus edificios y terminales, no descartando otras fuentes de energía, como sucede en el caso del proyecto de “Lonja 4.0 autosuficiente”; el suministro de OPS y gas a buques, y los nuevos combustibles, como el hidrógeno y el amonio, “que van a tener un papel muy relevante”, vaticinó.
En este caso, recordó que el Puerto de Vigo está trabajando, de la mano de diversos sectores, en el proyecto ‘Julio Verne’, para la construcción de una hidrogenera pública y su producción, procedente de fuentes renovables y con el objetivo de ser tractores de la economía y apoyar la trasformación de barcos a hidrógeno, eléctrico o híbridos, a través del proyecto ‘Green Bay’.
También se refirió a la importancia de apostar por las infraestructuras verdes, es decir, “construir los muelles de forma más sostenible y con una mayor integración con el medio”. En esta línea, citó los proyectos ‘Peiraos do Solpor’ y ‘Living Ports’, ambos premiados por la Asociación Internacional de Puertos como los mejores proyectos dentro de sus respectivas categorías en 2020 y 2022 respectivamente. “Tenemos que ser sostenibles en las tres vertientes: la medioambiental, la económica y la social”, enfatizó.