Es la mayor goleada de un derbi gallego, pero también todo un hito en la historia del fútbol. Porque el marcador más rotundo de la historia de la Liga fue el 12-1 que el Athletic de Bilbao endosó al Fútbol Club Barcelona en 1930, en el segundo año de la historia de esta competición. Sin embargo, dos años antes, cuando aún no existía una liga estatal, y todavía se disputaba el campeonato gallego, se marcó el mismo número de goles pero todos a favor del mismo equipo: el domingo 2 de diciembre de 1928, el Celta vencía al Deportivo por 13-0 en el histórico campo de Coia.
Aquel tanteador humillante provocó el escarnio de los celtistas y el enfurecimiento de los coruñeses, con cruces de improperios entre los diarios de ambas ciudades. Pero el marcador quedó para la historia, además de servir de brillante despedida del viejo estadio de Coia, apodado ‘La Catedral’, que un mes más tarde, en enero de 1929, viviría su último partido antes del estreno de Balaídos, con la victoria del Celta sobre el Bilbao por 2-1 en la Copa de España.
La alineación del Celta aquella tarde gloriosa estuvo formada por Lilo, Cabezo, Pasarín, Pareditas, Vega, Hermida, Reigosa, Chicha, Eguía, Polo y Graci. Por el Deportivo de La Coruña jugaron: Isidro, Otero, Guerra, Antoñito, Lameiro, Fariña, Besada, Campos, Pereiro, Alfredín y Pérez. El árbitro fue el andaluz Rodríguez y dos gallegos ejercieron como linieres: Canda y Fausto García.
Declaraciones desde A Coruña
El partido llegaba caliente, después de que la directiva del Deportivo y algunos periodistas coruñeses hiciesen declaraciones despreciando a sus rivales del sur, en especial al Eiriña de Pontevedra y al Celta. Por su parte, el diario Faro de Vigo recogió el guante y contestó a las críticas por mediación de su periodista Manuel de Castro ‘Handicap’, que criticaba que “los del Norte ponían el football de la parte Sur de la región en completa liquidación. Un día dijeron del Eiriña que era un team desquiciado, que no podía inquietar a nadie. Otro día nos decían que los del Unión no servían más que para tirar de un carro. Y, por último, que el mejor representante de todos ellos, el Celta, había pasado a la historia”.
En su crónica del 13-0, Handicap felicitaba la reacción celeste ante aquellas críticas, que lograron que “el viejo león de Coya, zaherido y azuzado por sus rivales, se despertase de su letargo y, sacudiéndose la melena, saltase a la vieja “catedral” para castigar con sus zarpazos a los que no respetaban sus prestigios, ni sus tradiciones, y proclamase que no estaba caduco… El perezoso león se ha desperezado Os habéis querido burlar de él y os ha dado e merecido castigo”, proclamó el periodista tras el partido.
Partido duro
La tensión del encuentro se hizo patente antes del propio pitido inicial, con el Deportivo recibido con un estruendoso abucheo por parte de la afición de Coia. El celtismo apretó con sus ánimos y enardeció a los jugadores celestes, que se emplearon a fondo. El propio Handicap reconocía en su crónica que el partido fue duro y, de hecho, poco antes del descanso fue expulsado el céltico Reigosa por una entrada peligrosa al coruñés Alfredín. Pero lo cierto es que, además de por intensidad, el Celta fue aquel partido infinitamente superior al Coruña en todos los aspectos del juego, terminando la primera parte con un contundente 3-0, un resultado muy corto para el mérito de los locales, que fallaron infinidad de ocasiones de gol e incluso desaprovecharon un penalti.
Pero el escándalo llegó tras el descanso, porque el Deportivo decidió no alinear a tres de sus jugadores, dejando en el vestuario a Isidro, Otero y Lameiro, aduciendo que estaban lesionados. Así que el segundo tiempo se jugó en un 10 contra 8, que convirtió la superioridad céltica en un completo festival de goles, ante el bochorno del público, que se mofaba del eterno rival. Las risas cruzaron fronteras, porque el Faro de Vigo publicaba dos días después, el martes 4 de diciembre de 1928, una tira cómica del dibujante portugués Felippe Rei, que se había desplazado desde Oporto para cubrir el partido. En las viñetas, se mofa del Deportivo, reflejando el marcador de 13-0 con el lema “E a cada goal que o Celta marcava… un homem do Coruña se marchava!”
La crónica del partido que acompañaba la ilustración criticaba “el comportamiento incalificable en un partido en que su juego se manifestaba impotente ante la arrolladora eficacia del «once» céltico”. Handicap sentenciaba: “Con lo ocurrido, el Deportivo ha echado sobre su historial una mancha, que debe apresurarse a borrarla en todo lo posible para su vida futura en el deporte regional”. El periodista consideraba que los coruñeses habían “manchado su prestigio”.
En primera página
Una visión diferente tenía el diario La Voz de Galicia, donde en primera página se publicó un artículo sin firma titulado “Un leve comentario que los hechos sugieren”, donde criticaban a la afición celtista, calificándola de “chusma incivil” por el recibimiento al equipo coruñés. También acusaban a los jugadores celestes de emplearse con violencia: “Bien pensado, los dos puntos de Coya valían menos para el presente campeonato que los cuatro o cinco de sutura que hubo que dar a uno de los lesionados jugadores del Deportivo”.
La Voz de Galicia ponía a Manuel de Castro ‘Handicap’ en la diana de su indignación, criticando que publicase en el Faro de Vigo “unos artículos de exaltación celtista pueblerinos y cursis hasta lo heroico”.
El resquemor en A Coruña fue, por lo tanto, digno de primera página. Pero, para los anales, quedará aquel 13-0, el mayor marcador de la historia de un derbi entre el Celta y el Deportivo. Una goleada que, además, sirvió como colofón para el viejo campo de Coia, que había sido la casa del Vigo Sporting Club y que el Celta heredó tras su fundación en 1923 hasta que tomó posesión del flamante estadio de Balaídos a finales de aquel diciembre de 1928. Desde luego, no hubo mejor forma de despedir a ‘La Catedral’…
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