El próximo sábado 29 de octubre Gabriel de la Rosa, líder de la banda Shinova, vuelve a tocar en Vigo, una ciudad a la que reconoce que siempre le entusiasma volver. El grupo es uno de los cabezas de cartel del Vibra Mahou Fest que se celebrará el próximo fin de semana en varios emplazamientos de la ciudad.
Sus seguidores se reunirán con la formación en el Auditorio Mar de Vigo y disfrutarán del recital de su nuevo disco ‘La buena suerte’. Su cantante habla con VIGOÉ de la trepidante aventura que supuso alumbrar un disco en plena pandemia, su enorme acogida por el público y cuenta las anécdotas inolvidables que lo llevan a parar en la ciudad olívica siempre que pasa por Galicia aún cuando no tiene que dar un concierto aquí.
- El éxito de ‘La buena suerte’ fue arrollador ¿Os lo esperabais?
Desde luego que nos esperábamos una buena acogida pero ni de lejos el éxito que alcanzó.
- El disco estaba terminado antes de la pandemia, se publicó después y sobrevivió a una época convulsa ¿Cómo ha sido?
Porque aunque gran parte del disco estaba terminado antes de la pandemia, supimos aprovechar el parón para seguir trabajando en las canciones. Lo publicamos justo después y cuando empezamos a tocarlo en directo con la gente sentada, con mascarillas… Esa época tan triste que nos tocó vivir a tantas bandas y pudimos sentir las ganas de disfrutar de nuestros seguidores a medida que se iban relajando las restricciones y, dentro de lo duro que ha sido, ha sido un periodo de aprendizaje muy importante.
- ¿Ese impás de la pandemia os llevó a cambiar algún matiz del disco?
Ha habido algún cambio mínimo, pero las canciones sobreviven mejor al tiempo que las personas. Según lo que va sucediendo tanto a nivel global como personal, las canciones van adquiriendo un sentido totalmente diferente al que tenían originariamente.
- ¿Cuál de las nuevas canciones toca más al público en sus vísceras?
‘De golpe’, es muy emotiva, lo vemos en los ojos de la gente. También ‘Una casualidad’ tiene que estar ahí porque es emocionante y lo sigue siendo a día de hoy y, por último, la que más nos ha sorprendido fue ‘La sonrisa intacta’, que no ha empezado siendo un single como tal pero la gente la ha abrazado y ahora, un año y pico después, empieza a crecer de una manera increíble. Cada una tiene su vida, su mirada y su relación con el público.
- En este proyecto se percibe un cambio de estilo
Fue por dinero (risas), siempre hemos sido así, siempre nos ha gustado el dinero. Ahora en serio, cada disco nos pide algo distinto, somos así en la vida, tenemos ganas de experimentar. Cuando en la vida quieres hacer cosas nuevas eso se palpa en lo que haces. Hay bandas que tienen un patrón muy claro y es totalmente respetable, pero nosotros no lo sabemos hacer de otra manera y creo que el público merece algo honesto.
- ¿En algún momento tuviste miedo a la incertidumbre que vivió la industria musical en aquel momento?
Desde el primer momento. Como tantísimas bandas teníamos un calendario muy claro, ese año era muy importante y de repente te quedas en casa y un disco a punto de salir del horno. Al final tuvimos suerte porque todo lo que tenía que suceder está sucediendo, ahora con mucha más intensidad porque la gente estaba en casa detrás de las pantallas apoyando a sus artistas. También creo que a nivel de industria se nos vieron las calvas, muchos puntos flacos que estaban ahí y se amplificaron cuando ocurrió todo aquello. Desde las condiciones laborales de mucha gente relacionada con la industria que alzaron la voz e hicieron públicas sus carencias. Nos dimos cuenta de que tenemos los mejores trabajadores pero que estaban muy desprotegidos a nivel legal.
- ¿Qué es lo que más te apetece hacer al llegar a Vigo?
Tocar en Vigo, porque es una experiencia maravillosa. Todos nuestros recuerdos en Vigo son preciosos, es una alegría desde que salimos hasta que llegamos, tenemos una rutina formada desde que salimos de casa hasta que llegamos a la ciudad. Y tenemos ganas de ver a nuestros amigos, que ya tenemos amigos en la ciudad.
- ¿Amigos?
Sí, personas que vas conociendo en cada concierto y con las que vas trabando amistad. Tenemos muchos amigos desde la primera vez que fuimos en 2014.
- ¿Cómo fue esa primera vez que os unió a tantas personas?
La primera vez que fuimos a Vigo tocamos en La Fábrica de Chocolate delante de 20 o 30 personas con las que nos quedamos después del concierto y que repitieron una y otra vez hasta convertirse en amigos. Son gente muy querida para nosotros a quienes seguimos viendo, no solo cuando hay concierto, sino que cuando pasamos por ahí por cualquier motivo nos llamamos por teléfono y quedamos para comer. Siempre nos acordaremos de esas personas porque, cuando volvimos y había 100 personas, estaban ahí, cuando hay 400, siguen ahí.