El gobierno central de Madrid, así como el gobierno de la Xunta de Galicia, no favorecen, precisamente, a la ciudad de Vigo. En cuanto al gobierno de Madrid ha quedado patente en los presupuestos: todo promesas, pero ninguna realidad.
El gobierno gallego tampoco se queda atrás y continúa favoreciendo más al norte de Galicia que al sur. ¿Dónde está el tren de alta velocidad que nunca llega a Vigo? ¿Dónde está el presupuesto para adecentar la entrada de Vigo por la Avenida de Madrid? ¿Por qué se nos quita el Instituto Oceanográfico? Y así muchas preguntas sin respuesta clara y concreta.
En alguna ocasión ya he confesado mi simpatía por el Partido Socialista, pero eso no conlleva decir a todo que sí, un voto en blanco. No me gusta lo que está ocurriendo y creo que no soy la única persona de Vigo que esté en contra de estas decisiones. ¿Qué importan las promesas que hagan a la ciudad si luego, quien las hace, no tiene cargo vitalicio ni capacidad para cumplirlas? No vamos a comulgar con ruedas de molino.
Portugal, en cambio, tiene las ideas mucho más claras y, por ejemplo, asume el tren de alta velocidad para conectarse con Galicia cuanto antes. Madrid, mientras tanto, y quizá por oscuros intereses, se dedica a regatear las opciones que más favorece a la ciudad de Vigo con argumentos nada convincentes. Y pretenden que quedemos contentos.
El norte y el sur de Galicia, siempre la misma guerra que nunca se termina. Seamos francos, Vigo quizá ya no sea la ciudad industrial más grande de Galicia. El grupo Inditex tiene un gran peso que ha ido desplazando la balanza. Su grupo empresarial es enorme y fuerte y si aún no ha desplazado a Stellantis de los primeros puestos, luego de observar su trayectoria imparable, quizá no tarde mucho en conseguirlo. Además, hay que sumar las numerosas empresas que se han asentado en el norte de Galicia y, en concreto, en la provincia de A Coruña.
No pretendo favorecer ni premiar a la Coruña con estas opiniones. Simplemente quiero levantar el velo para que las viguesas y los vigueses dejemos de vernos el ombligo.
En A Coruña existe un lobby empresarial que lucha y defiende los intereses del norte de Galicia y, en particular, de la ciudad de A Coruña, por encima de todo. Los empresarios de Vigo se dan codazos y los de A Coruña trabajan codo con codo. Mientras tanto, la ciudadanía de Vigo se traga todo lo que le echen y sólo sale a la calle para celebrar triunfos deportivos. Así nos va.