En una noticia del día 1 del pasado octubre un diario nacional recogía las predicciones de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) para el clima otoñal en Galicia. Concretamente el delegado regional de este organismo decía con palabras textuales: «Los modelos probabilísticos indican que Galicia tendrá unos meses de octubre y noviembre más cálidos y secos de lo habitual. Una situación mala para el estado en que están nuestros embalses».
Al oír entonces aquello muchos pensamos en ir al supermercado y traernos todo un lineal de agua mineral para casa. Pero no pasaron muchas fechas y las lluvias volvieron a nuestra tierra. Ahora estamos a mitad de noviembre y el agua nos sale por las orejas.
En cuanto a los embalses hay que decir que el de Eiras ya ha superado el 80% de su capacidad y por tanto (?) ya comenzó a desaguar. Sobre esto último estaría bien que los técnicos de la cuenca correspondiente nos explicaran el porqué a esa capacidad (80%) ya hay que tirar esa riqueza hídrica que por lo visto sobra.
Por su parte el embalse de Zamáns, aún estando por debajo del de Eiras, ya superaba el 60%, siendo las previsiones para los próximos 8-10 días de más lluvia, por lo cual no será difícil que alcance mayores niveles de su capacidad actual.
Hoy las agencias de meteorología cuentan con grandes medios como satélites artificiales y grandes equipos informáticos que deben permitir conocer, con una cierta facilidad, el clima que vamos a tener a corto plazo. Pero al parecer no es así. Quizá habría que revisar «los modelos probabilísticos» que maneja la AEMET.
Resumiendo, aquí en el sur de Galicia diluvia, en Lugo sigue haciendo un frío húmedo que te cala los huesos y los coruñeses continúan padeciendo ese vientecillo que semeja que alguien se ha dejado una puerta abierta. Así que podemos decir, como repiten los expertos (?) histeriólogos de la ONU, que ¡el cambio climático ya está aquí! ¡Por fin!