Luis Congil es periodista, escritor y divulgador del vino, con cuya materia prima tiene una relación «muy personal, casi orgánica» desde su infancia, que transcurrió entre las vides de su casa familiar. Vivió a caballo entre Ourense y Vigo, donde presume de haber sido responsable del módulo de Historia del Vino del Máster de enología de la Universidad de Vigo.
Su obra ‘La maravillosa historia del vino en Galicia’ ya tiró una segunda edición de ejemplares en un volumen que recoge el fruto de 20 años de trabajo. Se presenta este jueves 15 a las 19:00 en El Corte Inglés con la conferencia del mismo título, considera esencial el papel de Vigo en la historia del vino gallego: el capital vigués emprendió algunas de las aventuras pioneras de la viticultura moderna. Además, las semillas más antiguas de la variedad albariño fueron encontradas en las salinas de Areal.
¿Porqué considera que Vigo tiene un papel que jugar en la cultura del vino en Galicia?
Por una especie de redundancia: Vigo es la ‘capital del capital’ económica que levantó la Denominación de Orixe Rías Baixas. Y no es solo un juego de palabras. En otros lugares de Galicia, como e Ribeiro, el cooperativismo fue el motor la renovación y la tecnificación del vino en el siglo XX. En el caso de Rías Baixas, el auge industrial, especialmente de su epicentro económico, el casco urbano de Vigo, fue el que diseñó las condiciones para el renacimiento vitivinícola de las comarcas pontevedresas.
¿Fue una cuestión puramente económica o también tuvo que ver el carácter emprededor vigués?
La acumulación de capital tuvo mucho que ver a principios del siglo XX, pero sobre todo el carácter emprendedor y amante de la novedadcientífica y el progreso. Por ejemplo., en el caso de los espumosos -originalmente siempre denominados champán- varios empresarios vigueses fueron pioneros con el ‘Gran Champán Galicia’, como ha investigado el periodista y escritor vigués Eduardo Rolland. Además, los negocios de exportación de vinos a las comunidades gallegas en América fueron el soporte de numerosas iniciativas vitícolas que crecerían a lo largo del siglo XX en toda Pontevedra.
En su libro habla también del hallazgo hace dos años de las primeras semillas de albariño
De una precursora del albariño, una vitis silvestre a medio evolucionar, a la que podríamos considerar la “abuela” de la variedad gallega más difundida hoy en día.
Es un descubrimiento revolucionario.
Es un descubrimiento revolucionario y relativamente reciente. Un grupo de científicos gallegos desenterraron restos de pepitas de vid en varios yacimientos gallegos, y en el caso de Vigo encontraron un precursor del actual albariño. Fue durante la pandemia, en 2021, y este grupo de científicos (Misión Biológica de Galicia, del CSIC, Carmen Martínez; Departamento de la Universidad de Santiago de Compostela Pepa Rey y Andrés Teira, acompañados de los prestigiosos ampelógrafos españoles Rafael y Carlos Ocete) publican los revolucionarios resultados en el Australian Journal of Grape and Wine Research.
¿Y dónde estaban esas semillas?
Fueron halladas en los yacimientos de las Salinas de Areal, pero como los restos de semillas o de madera carbonizada no se musealizaban estaban conservados para su análisis. Esto es precisamente lo que hizo este equipo. Las analizaron mediante múltiples parámetros (índice de Stummer) y hallaron su similitud con la actual albariño, ya entre los siglos II-IV. Concluyeron que procedería de vides silvestres del primer entorno vigués, bien domesticadas in situ o bien cruzadas con las que trajeron los comerciantes y conquistadores mediterráneos.
Por tanto, Vigo lleva dos mil años siendo ‘capital’ del albariño
Vigo lleva muchos siglos sustentando el comercio desde el corazón de las Rías Baixas, aunque hoy administrativamente no pertenezca a la denominación de origen. Por ese motivo, por imitación cultural de fenicios y romanos, y por domesticación de las vides silvestres, puede que sea uno de los lugares en que antes se consumió vino en Galicia. Por eso tiene mucho que contar.
¿Y dónde debería ser, en su opinión?
Debería ser en el propio museo de Salinas de Areal, un magnífico espacio pero que hoy solo cuenta la historia económica de las salazones. El comercio del vino pudo tener tanta o más importancia, sobre todo andando los siglos. En todo caso, es el lugar donde fueron hallados los primeros indicios del albariño, y por ello el espacio museístico debe integrar esta historia. Mientras no lo haga, estará manco