Hace ahora un siglo, en 1923, Vigo se convertía en un gran plató de cine con el rodaje de ‘Maruxa’, un drama romántico que fue todo un taquillazo en su época y que consiguió llevar los paisajes del río Lagares hasta el otro lado del Atlántico, incluyendo su estreno en Nueva York.
‘Maruxa’ fue el primer largometraje rodado en Vigo y no se conserva ninguna copia. Sólo podemos seguirla a través de las crónicas de los diarios y del escaso material gráfico, como el afiche que hemos encontrado en una casa de subastas, donde se anuncia su estreno en el cine Goya de Madrid, que se produjo el 11 de noviembre de aquel año. La foto, de marcado carácter bucólico y pastoril, incluye a los protagonistas y unas ovejitas que ramonean tiernamente por las ‘leiras’ de Sárdoma.
Finca La Chicharra
En la revista Vida Gallega encontramos unas fotos del rodaje, con las actrices en un hermoso chalé ante la ría de Vigo. “La preciosa finca La Chicharra, en el fondo de la ría de Vigo, en Rande, frente al Lazareto de San Simón, en la cual una compañía francesa de actores de ‘film’ impresionó gran parte de las escenas de ‘Maruxa’, que pronto aparecerá en las pantallas”, explica la publicación.
No era 1923 la primera vez que el cine irrumpía en Vigo, donde el fotógrafo José Gil, con estudio en la ciudad, ya había rodado en A Toxa en 1916 la considerada primera película gallega de ficción, ‘Miss Ledya’, en la que aparecía Castelao.
En este caso, ‘Maruxa’ llegó al Lagares como la adaptación al cine de una obra lírica del mismo título escrita por Amadeo Vives y que había sido un gran éxito. El Teatro de la Zarzuela de Madrid había sido devastado por las llamas en un incendio en 1909 y, para su reinauguración, el maestro catalán Vives escribió esta obra, que vivió un triunfo clamoroso, recorrió todos los escenarios de España e incluso se llegó a estrenar en Nueva York en 1919.
Director y protagonistas
Pasar la zarzuela al cine fue el proyecto de la productora viguesa Celta Films, quienes contrataron al director Henry Vorins, con un reparto encabezado por dos figuras: Paulette Landais y Florián Rey.
El argumento de ‘Maruxa’ es un canto a la Galicia rural. El melodrama amoroso comienza con Rosa, heredera de una gran fortuna, que regresa a Galicia tras muchos años de internado. Sus tutores son Buenaventura y Dorotea, que la quieren casar con su hijo Antonio. La chica, sin embargo, está enamorada de Pablo, un humilde pastor que está al servicio de Don Buenaventura. Aquí aparece el personaje de Maruxa, mujer humilde que está enamorada del pastor Pablo. Y que, como es analfabeta, le pide a Rosa que le escriba una carta para quedar con él. Esta última aprovecha la ocasión para citarlo media hora antes y acudir así ella al encuentro amoroso. Pero Antonio descubre la carta y se desbaratan los planes, al aparecer los cuatro juntos, quedando el cuadrado amoroso al descubierto.
Resumiendo: Antonio quiere a Rosa. Rosa quiere a Pablo. Maruxa también quiere a Pablo. Y Pablo no sabemos muy bien a quién quiere. Un lío y, por tanto, un éxito garantizado.
Poeta Manuel Lugrís
La película era muda, pero tuvo también subtítulos en gallego, redactados por el poeta Manuel Lugrís Freire, uno de los fundadores de la Real Academia Galega, quien sería el padre del pintor Urbano Lugrís.
Ni que decir tiene que ‘Maruxa’ fue en Madrid todo un éxito, desde su estreno aquel otoño de 1923 en el Cinema Goya. Y los bucólicos paisajes de Sárdoma, regados por el hermoso río Lagares, sin duda cautivaron a los espectadores del cine con ‘Maruxa’.
Reestreno como obra lírica
En 2018, ‘Maruxa’ se reestrenó como obra lírica en el Teatro de la Zarzuela de Madrid. Sin embargo, nunca ha podido recuperarse la película, cuyo metraje está desaparecido, aunque nos ofrecería unas estampas del Vigo rural de hace un siglo. De cuando las ovejitas ramoneaban a las orillas del Lagares en lo que lo que hoy es una gran ciudad era una bucólica arcadia feliz…