En la sala 2 de la sede de Afundación se puede ver hasta el 25 de febrero la exposición ‘Tempus Fugit’, del pintor vigués Miro Carballo. Se trata de una miscelánea de cuadros de diferentes estilos pero todos ellos definen a su autor.
Con tal motivo, Miro Carballo nos ha dedicado unos minutos para realizar una pequeña entrevista y poder acercarnos a su historia y a su personalidad. Hay que decir que Miro es persona afable, que gusta de conversar largo y tendido de múltiples temas, y te puede contar mil sucedidos sobre el pasado de nuestra ciudad.
Haciendo un poco de historia, comenzamos preguntándole cómo eran aquellos años de juventud en aquel Vigo durante la dictadura en plenos 50 y 60.
En la niñez no teníamos grandes medios pero eso no nos impedía pasarlo bien. Nos movíamos por los aledaños del Berbés, y aún se notaba la postguerra, por eso todavía había necesidad pero nuestros pocos años podían con todo. De aquella época hay cosas que te quedan grabadas como el chirrido de los tranvías bajando la Puerta del Sol (o colgarse de su estribo para no pagar), el desfile del Destornillo de los de Peritos, las fiestas de Bouzas o la escuela publica de D Antonio en el Casco Vello.
La relación de la restauración con Miro le viene de familia, de ahí que le preguntemos por el mítico Bar Carballo que conocimos en nuestra juventud, famoso por su tortilla y sus empanadillas.
Efectivamente, pero mi familia antes del Carballo tuvo otros establecimientos. En 1960 mi padre inauguró el Bar La Piedra en el callejón de los Cestos. Años mas tarde abrió el Regia en López de Neira y La Barra en la calle Méndez Núñez, y finalmente enfrente de éste nace el Carballo, que fue producto de la experiencia de los anteriores y de la constancia de mis padres.
Con ese pasado heredado a Miro le encanta la gastronomía y también ha tenido la iniciativa de probar suerte en el complicado mundo de la hostelería. Nos lo cuenta.
La gastronomía me viene dada por mi gusto por la cocina y curiosidad por la cultura variada de los diferentes lugares del mundo. El cómo se come y bebe en cada lugar, lo que esa tierra nos da, define perfectamente a la gente de cada zona. Como hostelero mi única experiencia ha sido Ostras Pedrín. Fue una idea que importé de Londres, en donde ese concepto era muy aceptado, pero Vigo no le dio importancia o, tal vez, no se la merecía.
Pero la actividad profesional de Miro Carballo fue la banca. De ahí que le preguntemos por aquella etapa.
Efectivamente, esa fue mi principal actividad laboral a lo largo de mi vida, dedicando treinta y cuatro años a la banca. Primero en el Banco de Galicia (después Banco Zaragozano), Banco Hipotecario de España (inauguré la sucursal en Vigo a nivel provincial como primer director) y los últimos 18 años en el Banco Pastor. De todos guardo magníficos recuerdos y experiencias, así como de las personas que he conocido gracias a esta actividad.
Miro Carballo es un hombre que gusta de hablar largo y tendido y valora siempre una buena conversación.
Me gustan todo tipo de tertulias y modos de comunicación. No mato por ninguna tertulia, todo lo contrario, vivo por ellas. Las considero esencia del ser humano. Si no me encuentro a gusto las evito o me ausento, si estoy a gusto permanezco y disfruto.
Pasando al mundo de la pintura, que es un tema que le apasiona, queremos indagar un poco al respecto.
Me considero dibujante y pintor. Pinto, el concepto lienzo, óleo, acrílico, etc. Desde el año 1969, mi primera exposición fue hace 50 años con motivo de la Word Fishing en Vigo en 1973.
Miro nos comenta su evolución como pintor.
La evolución continuará hasta que no pueda, ya que es el reto de cualquier artista.
Nos interesamos por sus motivos para elegir el tema de un cuadro.
Por sensaciones vividas o imaginadas, que siempre son el resultado de lo vivido. En el momento de elaborarlo siempre tengo temas pendientes que plasmar y comunicar para su reflexión.
Le preguntamos cómo sabe que un cuadro está finalizado.
Como cuando un escritor acaba un libro, o un comensal un buen cocido…, es cuando el lienzo no te pide más. Por otra parte, hay obras que se te resisten pero no abandono y casi siempre termino pintando el cuadro.
Hay gente que dice que pintar les relaja, de ahí nuestra pregunta.
Todo lo contrario, no me relaja, me tensiona el resultado de su objetivo. Entiendo que pueda relajar un bodegón, un jarrón, un paisaje… Un cuadro mío, si no tiene mensaje, no es mío.
Miro es pintor que admira a otros profesionales, tanto de ayer como de hoy…
Admiro a muchos pintores, Urbano Lugrís, Pedro Solveira, Sucasas, Laxeiro, Lodeiro, Sotomayor, Llorens, Dalí, Velazquez, Goya… muchos.
Finalizamos la entrevista preguntándole cómo ve el presente y futuro de nuestra ciudad.
Lo veo con optimismo siempre y cuando no olvidemos el pasado y pensemos en nuestro futuro, salvando industria, pesca, turismo, pero sobre todo la cultura, que en este momento no está bien gestionada según mi punto de vista.
Y ya nos despedimos de Miro Carballo deseando volver a tener otra oportunidad para disfrutar de su conversación.