Casi un 30% de las alumnas de la UVigo reciben de forma frecuente imágenes no demandadas con contenido sexual a través de Instagram, frente a un 18% de los alumnos.
Ésta es una de las conclusiones de un estudio coordinado por el profesor de la Facultad de Comunicación, Xabier Martínez Rolán y por la investigadora de la UDC, Teresa Piñeiro, desarrollado en el marco de la Cátedra Feminismos 4.0, que impulsan la institución académica y la Diputación de Pontevedra.
El proyecto ‘Toxicidad y violencias machistas en Instagram’ se ha llevado a cabo a partir de una encuesta realizada a más de 600 estudiantes de los tres campus, y ha permitido constatar que más del 50 % del alumnado ha sufrido situaciones de acoso en esta red social, aunque solo un 17% lo han denunciado.
Según ha destacado Martínez Rolán, «la principal conclusión es la normalización de la violencia», una violencia que padecen en mayor medida y de forma más recurrente las chicas.
Casi la mitad de ellas ha reconocido haber recibido imágenes sexuales explícitas, y el porcentaje es del 28 % en el caso de las alumnas que dicen haberlas recibido de modo «frecuente o muy frecuente».
Mensajes insistentes
Del mismo modo, son ellas las que tienen que enfrentarse en mayor medida a los «mensajes insistentes» por parte de personas a las que no responden o rechazan, y un 9% han admitido haber sufrido acoso sexual por Instagram.
Los primeros datos de esta investigación, en la que también han participado expertos de la Universidad Complutense de Madrid, se dieron a conocer en noviembre pasado, y luego se complementaron con el estudio de los datos segregados por género.
Ello ha permitido concluir que más de un tercio de los estudiantes encuestados dicen haberse sentido «ofendidos, humillados, intimidades, acosados o agredidos» en Instagram, y que son las alumnas la que sufren esta violencia de forma «frecuente o muy frecuente», en mayor medida que los varones.
Es el caso de la recepción de imágenes sexuales o de mensajes insistentes, pero también del empleo del llamado «lenguaje odioso» conra ellas. Por su parte, los estudiantes varones reflejan un único aspecto que padecen en mayor medida que las chicas, y es la amenaza de usar contra ellos la violencia física.
La mayor parte de alumnas perciben que esta red social «perpetúa los estereotipos de género» y solo un 7% de las chicas considera que publicar imágenes o poses sugerentes en Instagram supone una forma de empoderamiento de las mujeres.
El estudio también ha puesto de manifiesto que los chicos están más de acuerdo que las mujeres en que «es normal que las personas que publican fotos de su cuerpo sean atacadas»; un 17 % también ve «normal» que los hombres quieran seguir los movimientos en redes sociales de sus parejas femeninas.
Finalmente, también ha revelado que la mayoría de los estudiantes admiten que es «fácil o muy fácil» encontrar en Instagram contenidos racistas, machistas, misóginos u homófobos.