Digamos que serían sobre las 7.30 h de la mañana, pasando al lado del consulado de la República Bolivariana de Venezuela en la calle Velázquez Moreno, casi llegando a la plaza de Compostela.
Pues bien, en la puerta de dicha legación a esas horas siempre encuentro un grupo de gente que espera a que abran para realizar algún trámite. Esto sucede hace unos diez o doce años.
La gente que se observa esperando turno en la acera suele ser más bien joven, pero a veces se ve a alguien que ya dejó la juventud atrás. Y siempre cuando me adentro en La Alameda me viene el mismo pensamiento, y es qué harían todas estas personas en su país y el porqué están en España.
Debido a estas preguntas comencé hace un tiempo a leer lo que está sucediendo en el país venezolano. Si vemos la Red veremos que su Revolución Bolivariana data de 1998 con la elección de Hugo Chávez como presidente.
Este proceso revolucionario está basado en el ideario de Simón Bolívar, y desde el comienzo se sostuvo sobre cuatro grandes puntos:
– La revolución antiimperialista
– La revolución democrático-burguesa
– La revolución neoliberal
– La pretensión de llegar a una sociedad socialista del siglo XXI
Pero mucha gente no se acuerda de que este mismo Hugo Rafael Chávez Frías en 1992 dio un golpe de estado contra la República de Venezuela que acabó en intentona fallida. Chávez fue juzgado y condenado pero a los pocos meses fue indultado. Y no sólo indultado sino que le permitieron presentarse a las elecciones de 1998. El pueblo le votó y lo primero que hizo fue hacerse una constitución (bolivariana) a su medida.
En 2007 Hugo Chávez programó un referéndum para modificar la constitución con objeto de ampliar sus (sus de él) poderes y eliminar los límites a la reelección presidencial. Resumiendo, sería para acercar aún más el régimen venezolano al sistema cubano, país gobernado por la familia Castro desde 1959, y donde las elecciones políticas libres no se sabe lo que son.
Volviendo a Venezuela, en las elecciones parlamentarias de 2015 el régimen chavista sufrió una tremenda bofetada porque la mayoría de la Asamblea Nacional correspondió a la oposición con Juan Guaidó a la cabeza.
Pero ¿el poder bolivariano chavista reconoció la derrota y permitió legislar a los diputados electos de la oposición? Absolutamente no. La respuesta del presidente Maduro (Chávez había muerto en 2013) mediante decreto presidencial fue la creación de la Asamblea Nacional Constituyente, encargada de redactar una nueva Constitución para Venezuela, asumiendo facultades plenipotenciarias por encima de los demás poderes públicos del Estado.
Hoy la República Bolivariana de Venezuela está calificada por organismos internacionales como «régimen autoritario», donde no se respetan los derechos humanos de la oposición, donde se cierran los medios que critican al poder, y donde las últimas elecciones tuvieron el marchamo de gran fraude electoral.
Desde hace unos años el régimen chavista está unido al narcotráfico de la zona del Caribe con «el Clan de los Soles» a la cabeza. Esta organización se basa en una serie de redes que gestionan el envío de cocaína al exterior, y donde intervienen directa o indirectamente oficiales activos o retirados de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, FANB.
En cuanto a la economía se puede decir que la inflación actual está entre el 100-130%, y siendo un país con inmensas reservas de crudo, se da la circunstancia que deben importar barcos tanqueros desde Irán para disponer de algo de gasolina.
Con este panorama de país se estima que una cuarta parte de la población venezolana (6-7 millones) ha salido de su país con destino a USA, España y países vecinos, principalmente Colombia. Esto ya se conoce como «el éxodo venezolano».
Cuando Vds, queridos lectores, lean que algunas de las mejores propiedades del madrileño barrio de Salamanca están siendo compradas por inversores caribeños o «bolichicos» (los hijos del régimen bolivariano) acuérdense de todos aquellos venezolanos que un día tuvieron un país y hoy aguardan en la acera de un consulado.