La rehabilitación del Pazo da Raposeira impulsada por el Concello de Vigo lleva tiempo esperando fruto del mimo que habrá que seguir durante las obras. Como corresponde con los bienes patrimoniales, el proyecto fue objeto de diversas revisiones pero al fin se ha dado un paso que no tiene marcha atrás. La junta de gobierno local ha aprobado la contratación de las obras con fondos europeos y ha puesto una fecha tope para que la empresa adjudicataria de la reforma tenga el inmueble remodelado: 30 de septiembre de 2024.
El pazo situado en Sárdoma deberá estar reabierto al público antes de ese día. Tendría dar tiempo de sobra, ya que el plazo de ejecución asciende a ocho meses y solo queda completar la licitación, adjudicar los trabajos y llevarlos a cabo.
Su uso será ciudadano. Principalmente, ejercerá de sede de la asociación vecinal de dicha parroquia, pero el alcalde, Abel Caballero, asegura que estará “a disposición” de todo Vigo.
La actuación está presupuestada en 1,85 millones de euros, de los cuales 1,5 millones provendrán de las ‘Ayudas a la rehabilitación de edificios de titularidad pública’, en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. La recepción de estos fondos por parte del Gobierno de España, aprobada oficialmente este viernes, ha llenado de “orgullo” a Caballero.
Está previsto abarcar tanto el edificio como la finca. Así, la obra implicará una rehabilitación integral del interior, una reorganización de los espacios, el refuerzo de la envolvente térmica, la eliminación de elementos estructurales impropios para recuperar la “arquitectura original”, el acondicionamiento de los techos, la limpieza de suelos y revestimientos, la creación de un nuevo pavimento de piedra o la mejora de la accesibilidad, entre otras cosas.
Mientras, en el exterior se van a recuperar los jardines de trazado francés y se rehabilitarán elementos como el pajar, el estanque, mesas y columnas.
Luz verde de Patrimonio
El visto bueno dado este viernes al expediente de contratación de la reforma llega tres meses después de que la Dirección Xeral de Patrimonio Cultural informara favorablemente sobre el proyecto. El departamento autonómico solo condicionó el permiso a que las excavaciones necesarias para ejecutar la obra se efectuasen bajo control arqueológico.
Además, tras finalizar la actuación, el Concello de Vigo deberá remitir una memoria final que documente adecuadamente todo el proceso llevado a cabo en cada una de sus fases.