Paco Ibáñez (Valencia, 1934) tiene 88 años y tantos planes de futuro como el más hiperactivo de los veinteañeros. A no mucho tardar, este mismo año, pondrá en el mercado un nuevo disco: ‘Érase una vez, canciones para niños hasta cien años’. Y en el cajón guarda las suficientes canciones para grabar cuatro discos más, que piensa editar después. Una gran noticia, la resistencia de este artista comprometido y humanista, internacionalista, independiente y multicultural, cuya voz se resiste a claudicar ante la opacidad tanto del estruendo como del silencio.
Estamos tocando el fondo, hay un abandono cultural, un bajón cultural en este país de espanto. La gente no lee poesía, no le interesa la cultura, solo el ruido
Pero antes de regresar al estudio, Paco Ibáñez deberá poner fin a la gira en la que está inmerso: ‘Nos queda la palabra’, con la que está paseando por medio mundo y con la que, procedente de El Cairo, recalará el 9 de junio en la ciudad olívica para actuar en el Auditorio Mar de Vigo. Allí, además de transmitir el mismo mensaje vital que lleva esparciendo por los escenarios durante más de seis décadas, homenajeará al poeta gallego Carlos Oroza (Viveiro, 1923-Vigo, 2015), de cuyo nacimiento se cumplen cien años en este 2023.
«Tengo un muy buen recuerdo de él, un recuerdo muy grato, también de los conciertos que dimos, dos o tres en la época. Escribía una poesía surrealista que me chocaba un poco, pero teníamos buen trato. Estoy contento de participar en este homenaje», ha dicho Ibáñez a Vigoé durante una charla telefónica.
‘Chove’
En Vigo, está previsto que Ibáñez interprete cuatro o cinco temas en gallego a partir de poemas de Celso Emilio Ferreiro y Antonio García Teijeiro, sus principales vínculos con la poesía gallega. «De la poesía gallega, la que más leo es la de Rosalía y Teijeiro, que también canto sus poemas. Sobre todo hay un poema para mí muy querido, que me propuse con ahínco cantar y creo que lo he logrado, de Celso Emilio Ferreiro«.
Me pasó una cosa bonita en casa de Teijeiro. Él estaba leyendo el poema y cuando lo escuché le dije que me gustaría mucho cantar este poema de Celso Emilio Ferreiro.
Se refiere Ibáñez a ‘Inverno’, que ahora comienza a recitar al otro lado de la línea telefónica: «Chove, chove, na casa do probre chove e no meu corazón tamén chove».
La historia de ‘Chove, chove’ la relata así: «Me pasó una cosa bonita en casa de Teijeiro. Él estaba leyendo el poema y cuando lo escuché le dije que me gustaría mucho cantar este poema de Celso Emilio Ferreiro. Quería hacerlo aunque ya había más gente que lo había hecho. Y estaba allí su mujer (María Luisa Moraima, esposa de Celso Emilio Ferreiro) y se le abrieron los ojos como girasoles de lo contenta que se puso. Me dio dos besos como si yo ya lo hubiese hecho. Me puse a la tarea, pero la cosa no sale cuándo uno quiere sino cuando viene la inspiración, y al final me salió la canción y estaba contento, muy contento. Y llamé a Teijeiro para decirle que ya la tenía, que se lo dije a Moraima. Tengo una espina clavada porque no se la pude cantar, pero la cantaré en Vigo, esa y las de Teijeiro«, asegura Ibáñez, que de nuevo empieza a recitar en gallego.
De la poesía gallega, la que más leo es la de Rosalía y Teijeiro, que también canto sus poemas.
Porque Paco Ibáñez canta en todos los idiomas oficiales de la Península Ibérica: catalán, euskera, gallego y castellano, lo que lo convierte en una rareza y en el mejor embajador de la multiculturalidad de España. Con Galicia dice que tiene «relación desde chaval», una relación que define como «cariñosa, de amistad y de buen de trato». «Cada vez que voy a Galicia voy muy contento. Galicia es telúrica. Hay meigas en Galicia, hay meigas…», continúa.
Cultura transversal
Es su forma de entender la cultura trasversal. En su larga trayectoria, Paco Ibáñez ha actuado con Rafael Alberti, con José Agustín Goytisolo, con Luis García Montero, con Bernardo Atxaga o con Joan Baez; ha colaborado con José Saramago, José Luis Sampedro, Ernesto Sábato o Gabriel García Márquez; ha recibido elogios encendidos de Caballero Bonald, Manuel Vázquez Montalbán, Gabriel Celaya y hasta Salvador Dalí. Una forma de entender la cultura que, en su opinión, se desvanece.
«Está perdida. Ya estamos tocando el fondo, hay un abandono cultural, un bajón cultural en este país de espanto. La gente no lee poesía, no le interesa la cultura, solo el ruido. Hay mucho, mucho despiste, mucha parafernalia, y se han olvidado de los poetas y de la poesía, y cuando te olvidas de los poetas y de la poesía te olvidas de ti mismo. Es palpable, ya no es que intuya yo que estamos perdiendo altura, es que hay un analfabetismo cultural de mucho cuidado, y si no espabilamos… «, afirma.
Cuesta creer que después de tantos años de lucha contra la injusticia sin ver que nada cambia en lo sustancial pueda Paco Ibáñez continuar con su cruzada pero, como él dice, «es una cosa que te llena».
«Yo empecé disfrutando de las rancheras, que me siguen gustando, de los boleros, que me siguen gustando, pero a la alta poesía en la canción no me había acercado demasiado. Pero tuve la suerte de conocer para mí al representante de la canción mundial (Georges) Brassens, y a grandes poetas españoles, los que escriben versos que duran toda la vida, los que aprendieron desde que nacieron… y ahora no hay quien me lo quite», afirma.
Concierto de Vigo
De todo ello se le escuchará cantar en Vigo el 9 de junio, si bien reconoce que de momento no ha definido completamente el repertorio.
«Voy a cantar en los cuatro idiomas del país, en gallego, catalán, euskera y castellano, eso sí, pero en el fondo no lo tengo preparado. Las propias canciones te llaman, y serán ellas las que decidan. Hay una pelea entre ellas, a veces se enfadan conmigo porque no las he cantado. Pero ya las cantaré», afirma con esa seguridad que da haber pisado miles de escenarios, guitarra en mano, por todo el planeta.
«La que si cantaré es ‘Chove’ y a Teijeiro», concluye Paco Ibáñez, que de nuevo canturrea al otro lado de la línea: «Chove, chove, na casa do probre chove e no meu corazón tamén chove».