El puerto de Vigo recibirá este miércoles una visita especial porque a las 08.00 horas tiene previsto atracar en la ciudad ‘The World’, «el mayor yate residencial privado del planeta», como así lo describe la naviera, y un capricho únicamente para personas con mucho dinero. Tanto, que no faltarán quienes piensen que lo que cuesta residir en este yate y lo que esta experiencia aporta resulta incluso obsceno.
A bordo viajan 203 personas junto a una tripulación formada por 293 tripulantes. Durante su estancia en la ciudad, desembarcarán una decena de pasajeros y embarcarán catorce. No será hasta el jueves, a las 23.00 horas, cuando ponga rumbo a Bilbao, su siguiente destino.
Básicamente, este barco de casi 200 metros de eslora se diferencia de cualquier otro en el hecho de que quienes en él viajan tienen en su interior un hogar: desde pequeños apartamentos de entre 29 y 50 metros cuadrados, hasta residencias de tres habitaciones y 300 metros cuadrados. Estas habitaciones no se alquilan, se compran, y aunque la compañía no hace públicos los precios, diferentes publicaciones los sitúan en hasta diez millones de euros.
La ventaja de tener un piso en este barco es que sus propietarios pueden viajar cuando se les antoje, puesto que el barco, desde que zarpó en 2002 no ha dejado de navegar de puerto en puerto. De hecho, esta comunidad en el mar ha hecho escala en más de 1.000 puertos de más de 120 países, de modo que el barco, una verdadera ciudad flotante, da la vuelta al mundo cada dos o tres años.
Sus instalaciones, como es de esperar, son de primera clase y los servicios que ofrece, con 250 empleados a bordo, de lujo. En su interior cuenta, por ejemplo, con una piscina de tenis de dimensiones reglamentarias, además de piscinas, spa, gimnasio, un teatro, muchas tiendas y hasta una bodega para los paladares más exigentes con 12.000 botellas de vino y un sumiller dispuesto a aconsejar.
En total, cuenta con 165 residencias privadas, todas ellas equipadas con todo lujo de detalle y unas increíbles vistas al mar de las que embeberse de escala en escala, donde los viajeros podrán disfrutar de actividades de lo más variopinto, entre ellas jugar al golf sobre la nieve de la Antártida o contemplar a los osos polares en el desierto ártico virgen de Svalbard.
Cada desembarco está planificado para permitir tiempo suficiente para explorar y disfrutar de acceso exclusivo y actividades en playas de ensueño y altos acantilados, en pueblos costeros de cuento de hadas y las ciudades más icónicas de la Tierra, según asegura la promoción de la naviera.
No en vano, el barco atraca de media tres días en cada puerto para que sus viajeros puedan explorar con calma las ciudades en las que se detienen y y descubrir sus tesoros culinarios ocultos, sus cafeterías o sus museos, así como hacer alguna una visita prolongada a un emplazamiento arqueológico cercano o simplemente pasear.
Son varias las veces que este yate gigante ha estado en España y ya ha atracado en los puertos de Palma de Mallorca, de Barcelona o de Málaga y Bilbao. Ahora le toca el turno a Vigo, donde sus habitantes podrán contemplar las espectaculares líneas de este megacrucero construido por en los astilleros Fosen en Rissa, Noruega, a partir de una idea del magnate naviero Knut U. Kloster Jr.