La calle Aragón ha sido reabierta al tráfico en su totalidad este viernes al terminar el grueso de las obras de la sexta y última fase de humanización de la vía. Solo queda por pintar la señalización horizontal de la calzada, unas labores que se verán condicionadas por la lluvia prevista para los próximos días.
Los trabajos han podido finalizar a pocos días de las elecciones municipales después de que la empresa adjudicataria apurara todas las horas disponibles, incluso por la noche. De hecho, el ruido de las máquinas –martillos neumáticos incluidos- provocó quejas en el vecindario por los problemas para conciliar el sueño. La Policía Local recibió llamadas por este motivo en el 092, pero la adjudicataria del proyecto disponía de autorización del Concello de Vigo.
La remodelación de la calle comprendió un tramo de 310 metros que discurre entre el número 185 y el cruce con Travesía dos Rosais. El Ayuntamiento ha invertido 570.000 euros en esta actuación, que sufrió un importante retraso sobre el plazo previsto por problemas en la canalización de las líneas eléctricas, tal y como reconoció este viernes el alcalde, Abel Caballero. Las obras, que debían haberse prolongado sólo seis meses, comenzaron en julio de 2022.
Con esta sexta fase, el Concello de Vigo completa la humanización de toda la calle, que ha conllevado una inversión total de 7,3 millones de euros.
Además, en el marco del programa Vigo Vertical, la calle Aragón sumará en el futuro un ascensor junto a la iglesia de Santo Cura de Ars que la conectará con la Travesía de Vigo (a la altura del número 160). También se instalará una rampa mecánica en las inmediaciones. Este proyecto está presupuestado en 1.600.000 euros.
Calle Romil
Además, este viernes también quedó abierta al tráfico la calle Romil, donde se están finalizando los trabajos de jardinería que recoge el proyecto de humanización, que contó con una partida de 1,2 millones. Parte de esos fondos procedieron de los Fondos Europeos Next Generation EU.
Estas obras también sufrieron retrasos. Empezaron en agosto de 2022 y tenían que haber terminado a finales de enero. Las labores inciden en el ámbito que va desde la calle Ourense hasta el cruce con Feliciano Roldán. Son, en total, unos 400 metros de vía y unos 5.000 metros cuadrados de superficie.
La obra incluye la colocación de 40 árboles o plantas, la renovación de aceras, pavimentos y redes de suministros y la instalación de 43 puntos de luz, diez papeleras, diez jardineras y diferente mobiliario urbano. También se busca afianzar la seguridad peatonal en una zona con un centro educativo y una instalación deportiva.
La mejora global de esta calle se acometerá en diferentes fases para no dificultar todavía más el tráfico rodado y el acceso peatonal a determinados puntos del vial.