La mayoría absoluta que obtuvo el Partido Socialista en las elecciones municipales celebradas este domingo es, sin duda, incontestable: 19 escaños de 27 posibles, uno menos que en las anteriores elecciones, si bien la candidatura que encabezó Abel Caballero obtuvo en estos comicios 18.742 votos menos que en las elecciones de 2019, mientras que el PP obtuvo 4.772 más, que le han valido cinco escaños, uno más que en los anteriores comicios. Por su parte, la papeleta del BNG la escogieron 15.008 personas, 6.547 más que en 2019, lo que se ha traducido en tres escaños, dos más que en la legislatura que ahora acaba.
¿Pero cómo se han repartido esos votos por la ciudad? En las urnas diseminadas por todo el territorio han sido mayoría, lógicamente, las papeletas con el logo del PSdeG. No en vano, Caballero ha obtenido el 60,86 por ciento de las papeletas, aunque la abstención ha sido la opción preferida entre las 237.246 personas llamadas a votar, de las que 100.776 optaron por quedarse en casa.
En total se abrieron 80 colegios electorales con 372 mesas repartidas entre los barrios de Alcabre, Beade, Bembrive, Bouzas, Cabral, Candeán, Castrelos, Coia, Comesaña, Coruxo, Freixeiro, Lavadores, Matamá, Navia, Oia, Saiáns, Sárdoma, Teis, Valadares, Vigo Centro y Zamáns.
De todos ellos, en sólo uno de ellos predomina el color azul: San Miguel de Oia, donde ejercen su derecho los vecinos de la pudiente zona de Cabo Estai. Un punto de la ciudad que además ha sido objeto de polémica recientemente por cuestiones urbanísticas. En este barrio, la mitad de los votantes se decantaron por el PP, mientras que la candidatura socialista la escogieron el 29,8 por ciento. Si fuese por estos vecinos, Vox, con el 5,3 por ciento de los sufragios, hubiese obtenido presencia en el pleno.
Además de Cabo Estai, tan sólo otra zona de Vigo se tiñó con el color azul de PP: el que tiene como epicentro la Alameda y calles aledañas. Aquí el 45,9 por ciento de los votos fue a parar a Marta Fernández-Tapias y el 28,1 por ciento a Abel Caballero. También Vox ha recibido cierto respaldo en este barrio, con el 6,6 por ciento de los sufragios, mientras que el BNG logró aquí 77 votos, el 9,1 por ciento.
Color rojo
Salvo estas dos zonas de Vigo, el resto del mapa lleva el color rojo del Partido Socialista de Abel Caballero, aunque la intensidad de ese rojo va por barrios. Es menos intenso en el centro de la ciudad, de donde proceden muchas de las quejas por la Navidad del alcalde, que durante dos meses convierte la zona en el epicentro de una festividad que no gusta por igual a todos los vecinos. De hecho, en zonas como el Casco Vello, la zona de Príncipe hasta el Museo Marco, la zona de Policarpo Sanz y García Barbón hasta la Santiago de Vigo, Caballero es el preferido por los vecinos, pero en todo caso no ha obtenido en ningún caso la mitad de los votos.
Al contrario, uno de los barrios que más satisfecho parece estar con la gestión del alcalde es Sampaio, donde el alcalde ha llegado a recibir hasta tres de cuatro papeletas depositadas en las urnas. Sucede lo mismo en la zona de A Bouciña. En Balaídos, el porcentaje de apoyo al alcalde oscila, pero se mueve en torno a un 67 por ciento, al igual que en A Miñoquiña, mientras que en Lavadores sube hasta el 70 por ciento.
En zonas donde el descontento con el alcalde es más visible, por la movilización de los vecinos, como pueden ser Teis o Beade, Bembrive y Castrelos, por las reivindicaciones relacionadas con la ETEA o con el vial PO-010, Caballero no ha sido especialmente castigado en las urnas. De hecho, en Bembrive obtuvo casi el 50 por ciento de los sufragios, en Beade el 64,1 por ciento y en Teis entre el 62 y el 68 por ciento según la zona.
Por su parte, el apoyo del Bloque está muy distribuido por toda la ciudad, si bien su propuesta ha obtenido predicamente en los barrios y parroquias que tanto defiende el portavoz de la formación, Xabier, Pérez Igrexas. En Teis ha obtenido un 15,5 de los votos, en Candeán un 13,5%; en Lavadores, un 14,7, en la zona de A Guía un 13,9 y en Castrelos, un 13,4, por ejemplo.