Desaparecidos el escenario, los camiones, las barras portátiles, el suelo elevado y todos los operarios, en el estadio de Balaídos no quedaba este jueves nada que recordase el paso de Guns N’ Roses por allí salvo una cosa: el césped, que como se puede observar en las fotografías ha quedado en un estado calamitoso que lo hace inservible para jugar al fútbol, que es para lo que en su momento fue plantado.
Nada, en todo caso, que no estuviese previsto. Sucede en prácticamente todos los estadios que albergan macroconciertos como el que se celebró el pasado lunes en Vigo. De hecho, el verano pasado, tras el concierto de la banda británica Muse, el césped del estadio quedó para el arrastre y hubo que replantarlo. Se colocó uno de una altísima calidad, la suficiente para que hubiese sido posible celebrar hasta dos partidos en un fin de semana.
Sin embargo, entre aquel momento y este hay una diferencia oceánica: la relación entre la Administración que contrató el concierto y la promotora que lo organizó, Zircozine. Tras el concierto de Muse, contratado por la Xunta de Galicia y celebrado el pasado 8 de septiembre, la promotora desembolsó unos 400.000 euros y devolvió a Balaídos el aspecto que tenía antes del evento.
Lo que vaya a suceder ahora, tras el concierto de Guns N’ Roses, es algo a lo que tendrán que responder la promotora Live Nation y su brazo en Galicia, Sweet Nocturna.
Sucede que este jueves han desconvocado la rueda de prensa que habían convocado para el viernes con objeto de arrojar luz sobre todo lo ocurrido en los días previos a la visita de la banda californiana, cuando llegó a ponerse en duda, con más de 25.000 entradas vendidas, que su fuese a celebrar el bolo.
En principio, suya es la responsabilidad de que Balaídos vuelva a lucir como antes, si bien está por ver cómo evoluciona el conflicto con el Ayuntamiento, al que, al menos hasta este miércoles, estaban dispuestas a reclamarle judicialmente el dinero.
En esas circunstancias, y si no llegan a un entente con el Concello, pudiera parecer lógico pensar que no está en los ánimos de los organizadores del concierto, si como afirman han perdido dinero por una lo que consideran una mala praxis del Ayuntamiento, hacerse cargo del coste que supondrá instalar un césped nuevo, lo que podría abrir una nueva derivada en un conflicto que probablemente aún dé mucho que hablar.