Podrán encontrar algo igual pero superior no, porque no lo hay. Este es el lema y el espíritu con el que se trabaja en la Pastelería Navaza, histórico negocio familiar de Lalín, que acaba de abrir sus puertas en el Casco Vello de Vigo con más de 30 variedades de pastas de té artesanas, entre otros manjares.
Al frente de la empresa se encuentra Perfecto Benjamín Navaza, que representa la tercera generación de la pastelería que echó a andar en Lalín hace casi 100 años. El negocio lo fundó su abuelo, Perfecto Navaza, y lo continuó su padre, del mismo nombre, hasta su fallecimiento repentino en 2014.
Fue entonces, con 39 años, cuando Benjamín, arquitecto técnico de formación, tuvo que tomar la decisión de cerrar esa etapa profesional como aparejador para asumir las riendas de la empresa. Y le encantó.
Ya su padre había dejado sus estudios cuando murió su abuelo. Apenas tenía 19 años y se puso al frente de la Pastelería Navaza, para consolidar el negocio familiar. Viajó a León y se formó en la Coyantina, el obrador del famoso repostero Santiago Pérez, creador del Centro Saper de Pastelería.
La química del chocolate
“En mi casa siempre se habló de pastelería, de sus procesos, de la química del chocolate, con sus tres temperaturas, siempre echamos una mano en la cocina”, explica Benjamín.
Tras el fallecimiento de su padre estuvo dos años formándose para poder dirigir el negocio con garantías. “Me gustó sobre todo por lo variado que es, la cantidad de cosas que puedes hacer en pastelería es infinita”, destaca.
Ahora, casi un siglo después de su puesta en marcha, Benjamín intenta mantener la esencia de siempre acercando nuevos sabores. “Nuestro secreto es la materia prima de primera calidad, elaboramos todo de principio a fin”, indica, puntualizando que nunca recurren a mixes para bizcochos ni a ningún tipo de preparado en polvo para conseguir cremas más rápido.
Las pastas de té
En Vigo, Pastelería Navaza ofrece unas 30 variedades de uno de sus productos estrella, las pastas de té. Siempre elaboradas con galleta de mantequilla, pueden estar rellenas de mermeladas caseras (fresa, naranja, piña), gianduja (chocolate con praliné) o dulce de leche. Y bañadas por alguna variedad de chocolate: blanco, negro, con leche, rubí o dulcey.
Muffins de chocolate, mascarpone o red velvet, hojaldres con cabello de ángel (bayonesas), palmeras de chocolate e incluso café para llevar completan la oferta del despacho que Pastelería Navaza abrió hace una semana en Abeleira Menéndez número 13, en el Casco Vello Alto de Vigo.
De momento, todos estos manjares viajan a diario desde el gran obrador de Lalín, envasados al vacío para garantizar su frescura. Pero Benjamín –que es copropietario también de la Juakina de Vigo y Patos- no descarta fabricar en Vigo en el futuro. “Sería lo ideal pero de momento seguiremos así, consolidando la nueva propuesta poco a poco”, explica.