La familia de Déborah Fernández-Cervera, la joven viguesa que apareció muerta en una cuneta de O Rosal en 2022, ha dicho basta. Probablemente, este era el momento que nadie quería que llegase, pero finalmente se ha producido. Los padres de la fallecida, José Carlos y Rosa, y sus hermanos Rosa y José han pedido este viernes el sobreseimiento provisional del caso debido al “maltrato” que sienten por parte de la justicia y del Estado, tras más de 20 años luchando para encontrar al responsable del crimen.
En un emotivo acto celebrado en la calle, concretamente frente al piso al que por desgracia nunca volvió Déborah, en la Avenida Atlántida de Vigo, los abogados de la familia han anunciado la decisión con tanta contundencia como pena: “Nos damos por vencidos. Es difícil derribar un muro con bolas de papel, por muchas que tiremos. Los familiares ya no quieren soportar más lo que entienden como un maltrato de la Administración de Justicia, del Estado español y del Estado de derecho”, ha indicado Ignacio Pérez Amoedo.
Este abogado, acompañado del otro representante legal, Ramón Pérez Amoedo, y de la propia familia, ha explicado que el pasado lunes se les dio trasladado de una providencia del 4 de julio para que manifestasen su opinión sobre la prórroga del caso, que finaliza en unos días. Tras mantener una reunión el 10 de julio, los letrados y los allegados de Déborah han decidido “oponerse” a la prórroga de la instrucción, “lo cual no quiere decir que no se seguirá trabajando para saber qué pasó con Deborah Fernández; esto no es un adiós, sino un hasta luego”.
Ignacio Pérez Amoedo ha apuntado que detrás de esta decisión se hallan el “hartazgo” y la “pérdida de confianza, si es que en algún momento la hemos tenido” en las diferentes partes implicadas en el proceso.
En este sentido, ha subrayado que desde que se denegó el pase a procedimiento de jurado por parte de la jueza en noviembre de 2022, “carecía de sentido continuar con la presente instrucción” y ya en abril de este año los abogados de la familia preguntaron al juzgado si era necesario continuar con la causa y “hacer sufrir a la familia” si por aquel entonces ya se pensaba (por parte de los jueces) que la joven “no había muerto de forma violenta”.
“¿Para qué mantener como investigado a persona alguna? ¿Para qué seguir haciendo sufrir a la familia? ¿Para qué hacer gastar dinero a las partes con periciales de diferente tipo? ¿Para qué seguir practicando pruebas? ¿Qué valor tenía el atestado de 2019 de la Policía Nacional, que señalaba a una persona como autora de la desaparición y muerte de Déborah? Si consideraban que el mismo era una invención, ¿por qué no se indicó a los agentes que hicieran bien su trabajo?”, ha lamentado el abogado, recordando que por aquel entonces se solicitó la declaración del doctor Curiel “y en la misma sus argumentos fueron atacados a fin de mantener viva la teoría de la muerte súbita”.
“Tampoco sacaremos nada en limpio de la instrucción del teléfono móvil porque dos personas, con nombre y apellidos, se lo quitaron”, ha señalado Ignacio Pérez Amoedo, que ha criticado la “inacción del Ministerio Fiscal desde 2002 hasta el día de hoy”, quien no “cree” en la muerte violenta.
?CASO DÉBORAH I
«É difícil derrubar un muro con bólas de papel, por moitas que tiremos», di un avogado da familia tras solicitar o sobresemento da investigación.
Pero co caso pechado, matiza que se vai seguir traballando: «Non é un adeus, é un ata logo»?https://t.co/pH1m6CLm4T pic.twitter.com/JGHcvNd8Sh— G24 (@G24Noticias) July 14, 2023
Además, ha recordado que “hemos pedido pruebas para intentar enmendar la negligente actuación policial y la inexistente instrucción judicial durante muchos años”.
Manifiesto
Tras estas declaraciones, tomó la palabra la madre de Déborah, Rosa Neira, para pronunciar un escrito elaborado por un autor de Vigo que ha preferido mantenerse en el anonimato. Se trata de un texto que lleva por título ‘El fin de la vergüenza’:
“En más de dos décadas nunca hemos sentido la protección de la justicia.
Hemos sentido su peso, pero no su protección.
No nos sentimos amparados ni cuando Deboritah desapareció.
Ni cuando su cadáver apareció con una puesta en escena macabra.
Más de dos décadas. Ningún gesto. Ninguna muestra de apoyo.
La justicia no ciega, sino cegada.
Tan solo la sensación de ser un recuerdo molesto.
Una página atravesada que no acaba de ser escrita.
El error de morir de manera inadecuada.
Haciendo ruido con la memoria.
Mostrando los errores de la investigación y del proceso.
Todo tan incómodo.
Y ahora, la vergüenza de la muerte súbita.
En la que tan convenientemente coinciden fiscal y defensa.
El sinsentido de exigir responsabilidades a Deborah por morir.
Por ser asesinada de manera tan poco elocuente.
Sofocada, asfixiada, privada de aire hasta matarla.
Y su voz que sigue molestando.
Su recuerdo que sigue amenazando.
A quien la mató.
Y a quien tan diligentemente lleva más dos décadas molesto por su muerte.
La justicia no nos ampara. No ampara a Déborah.
Y no podemos consentir que la instrucción se convierta en una burla a su memoria.
No podemos permitir que maten también su dignidad.
Hasta aquí decidimos llegar en el ámbito de la instrucción.
Hasta aquí la vergüenza ajena.
Viviremos ahogados en la indefensión.
Deseando que esto no vuelva a suceder.
Que ninguna hija, hermana, amiga muera de forma tan cruel.
Y que lo haga sin consecuencias, sin castigo, gratis.
Todos sabemos. Todos callamos.
Y este silencio, vergonzoso y vergonzante, nos pasará factura.
A todos”.
?CASO DÉBORAH I
A nai da moza viguesa asegura que vivirán «afogados na indefensión» porque a «xustiza» non os «ampara».
«Non podemos permitir que a instrución se converta en burla á súa memoria». A familia dáse «por vencida» e pide o sobresemento do caso?https://t.co/b6bROxHN7t pic.twitter.com/QuDWRfX5lY— G24 (@G24Noticias) July 14, 2023