El río Lagares ha sido “el gran ignorado y el gran olvidado en la historia de la ciudad”, según Abel Caballero. Para cubrir esa carencia, el Concello de Vigo emprendió hace casi un año una actuación para dotar a su cauce de 3,3 kilómetros más de paseo, entre la calle Manuel Álvarez y la Avenida de Madrid. Con este nuevo tramo, el camino que discurre junto al curso del río alcanzará los 11 kilómetros en total. Pero además permitirá conocer de cerca zonas desconocidas para mucha gente, como la cascada del Pozo da Serpe.
Caballero quiso visitar este viernes las obras y, particularmente, este punto singular situado en el barrio de Lavadores. Le acompañó la concejala de Urbanismo, María José Caride, cuyo departamento se implicó especialmente en la mejora. El acto no dejó novedades –ni siquiera una fecha para el final de los trabajos y la apertura del paseo- pero sí una curiosidad.
El Pozo da Serpe, de casi 30 metros, está ubicado junto a enclaves de especial riqueza natural, como las orillas de la parte baja de Cambeses. Sin embargo, poca gente sabe de su existencia más allá del vecindario y así lo quiso evidenciar el alcalde. “Acabamos de hacer una prueba entre los que estamos aquí. Era preguntar: ¿alguno había visto esto antes?”. Las respuestas negativas dieron la razón a Caballero. “Nadie. Solo María [José Caride] y yo. Ella porque es de la zona y yo porque soy el alcalde”, espetó.
Esta especie de experimento supuso “una muestra de qué partes tan importantes y destacables de la ciudad todavía no conocemos y no utilizamos”. Por ello, el regidor olívico se mostró “muy orgulloso” de la intervención que se está desarrollando a orillas del Lagares. “Vigo es una ciudad con mucha densidad urbana en unas zonas y con joyas medioambientales en otras. Este es el momento de recuperar las joyas medioambientales”, valoró.
En las cercanías también se instalará un puente de madera por el que se podrá cruzar “dentro de nada”. “Tan pronto esté el puente, lo inauguramos. No esperamos a que termine la obra”, avanzó Caballero.
La obra
Esta actuación supone un paso más en la transformación del paseo y permitirá conectarlo desde Manuel Álvarez hasta la desembocadura en Samil. El Lagares tiene una longitud -desde su nacimiento hasta su final- de 17,7 kilómetros, con 8 kilómetros de paseo, que se verán incrementados en un 40%.
Del total, 2,8 kilómetros discurrirán sobre terreno natural con ancho de 2,5 metros. Otros 400 metros de senda estarán formados por estructuras de paso, ya sean puentes para cambiar de margen, o bien para salvar obstáculos.
Este nuevo paseo se enmarca dentro de un corredor natural de 28.700 metros cuadrados que será objeto de adecuación como zona verde de especial valor natural. El proyecto contempla la plantación de 140 árboles de gran porte, como carballos o fresnos, además de 640 ejemplares de pequeños árboles o arbustos para recuperar a biodiversidad de este espacio fluvial.
La actuación es posible gracias a una inversión de poco más de un millón de euros, de los que 428.813 euros se corresponden con las expropiaciones que fueron necesarias para acometer esta intervención.