El hombre acusado de haber asesinado a su vecina en la calle Zamora de Vigo, Pablo P.V., reconoció a los agentes que acudieron al lugar de los hechos que la había matado: «Se me fue de las manos».
Así lo han declarado los cuatro agentes de Policía Nacional que han comparecido este martes como testigos en el juicio que se sigue por estos hechos, en la sección quinta de la Audiencia Provincial de Pontevedra, con sede en Vigo.
Los cuatro funcionarios han coincidido en señalar que, a su llegada al lugar del crimen, en un edificio de la calle Zamora, se encontraron con la puerta de la vivienda del acusado cerrada y fueron los vecinos quienes les informaron de que había pasado algo entre él y la víctima, que vivía en el mismo rellano.
La puerta de la vivienda de la mujer estaba arrimada y se veía una de sus zapatillas en el suelo, mientras que las llaves todavía estaban puestas en la cerradura. Cuando los agentes se dirigían al piso de ella, el acusado salió de su vivienda.
Según uno de los agentes, iba vestido con chaqueta y se disponía a cerrar su puerta «para irse». En ese momento, un policía le preguntó qué había ocurrido, pero el acusado guardó silencio; fue al repreguntarle cuando se expresó espontáneamente. «Dijo que estaba muerta, que la había matado, que se le había ido de las manos», han indicado los testigos policiales.
Asimismo, han explicado que el hombre presentaba manchas de sangre en las manos y también en la comisura de los labios, por lo que procedieron a su detención y a su traslado a un centro médico (por un corte en un dedo), antes de llevarlo a Comisaría.
Explicación de lo ocurrido
Fue en el PAC de la calle Pizarro cuando, mientras esperaban a que el detenido fuera atendido, Pablo P.V. relató a los agentes su versión de los hechos. Según han explicado los policías ante el tribunal, el acusado les explicó que tenía mala relación con la mujer por los ruidos que ella causaba, y que esa tarde habían tenido una riña en el portal en la que «ella lo había mandado a la mierda».
«Dijo que eso le sentó mal, y que por eso la había matado», ha explicado uno de los policías. Asimismo, otro agente ha afirmado que, en su relato, el acusado reconoció que, después de ese encontronazo, subió a su casa y allí «espero a que ella subiera con el cuchillo», porque la mujer había salido a echar la basura.
Tranquilo y orientado
Por otra parte, los policías también han coincido en su declaración sobre la actitud del acusado cuando explicó los hechos. Así, han apuntado que estaba «tranquilo» y «orientado», «consciente de lo que había sucedido».
De hecho, uno de los testigos ha matizado que le había sorprendido la «serenidad» del hombre, y que en ningún momento, mostró «arrepentimiento». «Creo que él sabía lo que había pasado», ha apuntado.
Gritos de auxilio
En la jornada de este martes también han declarado los vecinos de las puertas contiguas a las de víctima y acusado. Una de ellas ha explicado que escuchó los gritos de ella «pidiendo auxilio y socorro» y, a continuación, un golpe «como de alguien cayendo al suelo».
Cuando llegó la Policía, y el acusado salió al rellano, esta testigo ha asegurado que se presentó ante los agentes con una mano ensangrentada y «chupando la sangre», mientras decía «está muerta».
El resto de vecinos que han comparecido ante el tribunal también han explicado que escucharon los gritos de socorro y que, cuando salieron de sus viviendas, observaron que la puerta de la vecina tenía las llaves puestas y «en movimiento», al tiempo que percibieron como el acusado se metía dentro de su piso y cerraba su puerta.
También ha declarado como testigo la presidenta de la Comunidad de Vecinos, que ha reconocido que existían quejas del acusado contra la víctima por los ruidos, aunque ha afirmado que «había quejas de todos los vecinos contra todos», porque se trata de un «edificio conflictivo».
La Fiscalía pide para el acusado 18 años de cárcel por asesinato, mientras la acusación particular eleva la petición a 25 años. El juicio se reanudará este miércoles, jornada en la que está prevista la declaración de peritos y presentación de informes finales.