Un lector indignado nos remite esta fotografía en la que puede apreciarse una persona que se desplaza asistida por un acompañante como consecuencia de sus problemas de movilidad. Ambos se ven obligados a ir sobre el asfalto porque las aceras no permiten el paso de la silla de ruedas. Está ocurriendo actualmente en la Rúa Tomás A. Alonso, de Vigo, y es algo muy peligroso y a la vez indignante.
La ciudad olívica debería evitar estas limitaciones que son más frecuentes de lo que pueda parecer, a veces como consecuencia de la falta de humanización, pero otras por la falta de consideración de quienes aparcan indebidamente sus vehículos dificultando el paso.