El conflicto de la concesionaria amenaza con prolongarse, todavía más, en el tiempo. Eso al menos es lo que se deduce de las últimas declaraciones de los implicados. Todos contra todos. Los trabajadores aseguran que solo circulan los servicios mínimos y pide una solución. La empresa alerta de nuevos actos vandálicos. Y el Concello, por medio del portavoz Carlos López Font, acusa al comité de Vitrasa de no querer negociar y a CIG y BNG de «utilizar» a los trabajadores.
Ante este panorama generalizado, todo apunta a que la huelga y las movilizaciones van a continuar. Y es que la reunión mantenida el pasado viernes entre Vitrasa y comité, a la misma hora del encendido navideño, no deparó avances.
Negociaciones con la empresa
En medio de este panorama, este martes, el gobierno municipal de Vigo ha acusado a los trabajadores de no querer negociar con la empresa para buscar una solución al conflicto que mantienen desde hace más de dos años (tal y como la propia empresa ha afirmado). Al tiempo, también apunta que CIG y BNG «utilizan» a la plantilla con la finalidad de «reventar» la ciudad.
Así lo ha trasladado el portavoz del gobierno vigués, el socialista Carlos López Font, a través de una declaraciones remitidas a los medios, en las que ha proclamado que «el Bloque y la CIG le están haciendo un enorme daño a la ciudad utilizando a los trabajadores de Vitrasa» en una «estrategia política» cuyo objetivo es «reventar la ciudad».
«Rehenes de BNG y CIG»
Font ha señalado que los trabajadores de la concesionaria de bus, que empezaron el pasado sábado una huelga indefinida tras meses de paros parciales, «son rehenes de BNG y CIG», que solo pretenden «hacerle daño a los vigueses».
Además, ha advertido de que es «intolerable» que los representantes de la plantilla «ni siquiera quisieron empezar a negociar» para buscar una salida al conflicto, haciéndose eco de las manifestaciones de Vitrasa sobre el fracaso de un encuentro celebrado el pasado viernes entre las partes. «Es lo nunca visto en un sindicato, con el BNG detrás», ha incidido Font, en alusión a la CIG, a pesar de que en el comité tienen presencia cuatro sindicatos (CIG, que es mayoritario, CC.OO., UGT y USO).
Mediación sin resultados
Precisamente, el órgano de representación de los trabajadores denunció que la reunión del pasado viernes, planteada como una mediación, no fue más que una «trampa», porque la empresa se presentó «con las manos vacías, sin ningún tipo de propuesta ni solución», simplemente planteando un calendario de reuniones para negociar, a cambio de que se suspendiese la huelga hasta el 31 de diciembre o el 31 de enero.
Además, el comité sigue denunciando que el alcalde debería haberse implicado en el conflicto, habida cuenta de que Vitrasa es concesionaria de un servicio público y que, según denuncian, incumple las condiciones del pliego, pese a lo que el gobierno vigués prorrogó la concesión en plena pandemia. Abel Caballero siempre ha mantenido que el conflicto era una cuestión entre una empresa privada y sus trabajadores, aunque en los últimos meses ha acusado a la plantilla de hacer «rehenes» a los usuarios del transporte público con sus paros.
Reequilibrio económico
Hace unos días, el regidor olívico anunció que el gobierno está ultimando la cifra que aportará a Vitrasa el Ayuntamiento para asegurar el «reequilibrio económico» de la concesión, aunque ni Caballero ni nadie en el gobierno local ha querido desvelar el coste de ese reequilibrio. En base a ello, el alcalde reclamó a empresa y sindicatos que se sentaran para negociar, aunque el primer contacto (el del viernes) no ha dado frutos.
Este mismo martes, el BNG de Vigo ha reclamado al gobierno local que convoque a las partes para desbloquear «de verdad» el conflicto, porque el alcalde y su equipo no pueden ser «convidados de piedra» en esta situación. «Es hora de que el Ayuntamiento dé un golpe en la mesa ante la actitud pirata e irresponsable de la empresa», ha señalado el portavoz nacionalista, Xabier Pérez Igrexas.
Manifestación
Mientras, el comité de Vitrasa mantiene su calendario de movilizaciones y, tras su presencia en el pleno de este lunes, este martes varias decenas de trabajadores se han manifestado por las calles de Vigo, al grito de «Menos luces, más autobuses». El viernes habrá una nueva marcha de protesta, con salida de Plaza de España en dirección al Museo Marco, a partir de las 19,00 horas.
Daños en autobuses
Por su parte, la concesionaria del bus urbano denunció este martes nuevos ataques a vehículos de la compañía en diferentes rutas y, aunque no ha habido que lamentar daños personales, la empresa ha reiterado que «este tipo de actuaciones ponen en riesgo a las personas viajeras, a los compañeros que realizan el servicio y a cualquier persona que circule por la vía».
Según ha concretado la concesionaria en un comunicado, en esta jornada un bus que hacía la línea 6 fue atacado a las 5,45 horas con un objeto en la Avenida Clara Campoamor, lo que produjo la rotura de una ventana, pero no había pasajeros a bordo.
Calle Cantabria y Grileira
Minutos después, se registró un ataque a un bus de la línea 4A, en la calle Cantabria, que llevaba pasajeros y que fue golpeado en la chapa por varias piedras. A las 6,15 horas un bus de la línea C3 en la Avenida de Galicia, también con viajeros, detectó que una rueda delantera estaba pinchada; al igual que otro bus, de la línea 15B en Xestoso, aunque sin usuarios a bordo.
A las 6,35 horas, el vehículo de la línea 11 que se encontraba en A Grileira tuvo que parar su recorrido después de que una moto se aproximó y sus ocupantes tiraran varios objetos delante de las ruedas. También resultó con daños en las ventanas un bus de la línea 27, a la altura de A Rabadeira, y con viajeros; así como dos buses de las líneas C3 y 5B, con las ruedas pinchadas.
Vehículo particular de trabajador
La empresa también ha denunciado que el vehículo particular de un trabajador, que estaba aparcado en la calle cerca de su vivienda, apareció con los cuatro neumáticos pinchados esta mañana, cuando el empleado se disponía a cogerlo para desplazarse a su puesto.
Vitrasa ha reiterado sus «disculpas» a los usuarios del servicio y ha garantizado la prestación de los servicios mínimos, en el marco de la huelga indefinida que comenzó el pasado sábado, después de meses de paros parciales, en un conflicto laboral que se extiende desde hace más de dos años.