Este pasado jueves, el escritor Fran Fernández Davila presentó sus dos últimos premios literarios: Primavera. A camareira, o cuarto e o libro de poemas, galardonado con el VIII Premio de Novela Curta Antón Risco, y Groenlandia, que ha obtenido, también este año, el XVII Premio Narrativa Breve Repsol.
Una vez oí a alguien comentar que las personalidades más destacadas, sobre todo en el mundo del arte, suelen ser curiosamente cercanas y entrañables, como si se empeñaran en romper la clásica imagen del glamour asociado al artista. En el caso de Fran Fernández Davila, esa afirmación es más cierta que nunca, ya que uno de los autores más premiados de los últimos años es, además, una persona tierna, divertida y siempre dispuesta a echar una mano a quien sea.
Nacido en Canido e ingeniero de minas de profesión, inició en 2016 una impresionante carrera literaria que a día de hoy incluye cinco novelas, un poemario y numerosas colaboraciones en publicaciones colectivas, todo lo cual le ha valido más de treinta premios en géneros diferentes, una marca que pocos autores pueden reivindicar y menos en tan pocos años.
Esto convierte a Fernández Davila en una de las principales figuras en activo de las letras gallegas, sumado al hecho fundamental de que es un tipo estupendo, como quisieron demostrar muchos de sus amigos, fans y lectores al acompañarlo el pasado jueves 14 en la presentación de sus dos últimas novelas, que tuvo lugar en la biblioteca municipal de Nigrán. Acompañado por Juan González ―historiador y alcalde de Nigrán― y por César Lorenzo ―escritor y crítico literario―, el autor pudo hablar de literatura, viajes, cuentos, poemas, técnicas narrativas e incluso de alguna polémica reciente.
Con la sensación de encontrarse en una verdadera charla entre amigos, presentó Primavera. A camareira, o cuarto e o libro de poemas, novela que este año ha recibido el VIII Premio de Novela Curta Antón Risco; y también Groenlandia, galardonada con el XVII Premio Narrativa Breve Repsol. Dos de los certámenes más prestigiosos en lengua gallega, que también se han rendido a las letras de este hombre risueño, inteligente y avispado, que siempre tiene la mirada limpia y el comentario preciso.
La biblioteca de Nigrán se ha convertido en un rincón amigable para eventos culturales como este y ya somos muchos los que asistimos a las presentaciones del autor en su tierra. Novelas, premios, risas y cercanía. Espero, sinceramente, que haya muchas más semanas así y mucha más gente de esta clase, para que tengamos un mundo mejor.