Organizados en grupos espontáneos, de forma particular o respondiendo en masa al llamamiento realizado desde las asociaciones ecologistas, deportivas y ayuntamientos, una marea de voluntarios ha tomado, una vez más, las playas de la costa gallega desafiando al mal tiempo y al frío para comenzar a limpiar la todavía débil llegada de pellets procedentes del contenedor perdido por el carguero Toconao.
Un desembarco de plásticos por ahora débil, pero constante y ya extendido por todas las provincias costeras, con avistamientos este martes en Sanxenxo (Silgar, Canelas y Areas), Cangas (Viñó y Nerga) o (Area Grande) A Guarda.
También en la provincia de A Coruña, los microplásticos continúan apareciendo en las playas de Mera, en Oleiros, Caión y Barrañá, en Arteixo, de Arnado, en Laxe, de Aguieira, en Porto do Son, y de Cariño, en Ferrol. En Lugo han sido avistados pellets en Xove.
Voluntarios por toda la geografía gallega
En Nigrán han sido más de 150 las personas que han acudido a la convocatoria del Concello para limpiar el arenal de Patos, donde han retirado cientos de bolas muy dispersas por la arena y, al mismo tiempo, otros desechos plásticos contaminantes. Durante tres horas, estuvieron peinando el arenal acompañados por la Brigada Medioambiental municipal pertrechados con cubos, escobas y tamices y han vuelto a ser convocados, de nuevo, para este jueves para hacer lo propio en la playa de A Madorra, a partir de las 16:00 horas.
Además, han lanzado una serie de recomendaciones para proceder a la limpieza. Entre ellas, acudir con guantes, no excavar en la arena y limpiar solo la capa superficial, no extraer elementos naturales de la playa, y mantener distancia con las aves para evitar que se estresen, entre otros.
Lo mismo ha ocurrido en otros puntos de la geografía gallega, donde grupos de voluntarios se han organizado para limpiar algunos arenales de forma espontánea, mientras que en otros puntos como Muros, los trabajos se han llevado a cabo por parte de una empresa contratada por la aseguradora del carguero tras alcanzar un acuerdo con el Ayuntamiento de esta localidad.
Según este acuerdo, una empresa de limpieza contrató a 18 trabajadores locales para efectuar los trabajos con la ayuda de los voluntarios. «Ante la inacción del resto de las administraciones hemos decidido buscar una solución nosotros mismos», explicaba la alcaldesa, María Lago.
«Serán unos trabajos tediosos y que llevarán un tiempo porque dependen también de factores como las mareas, pero no podemos esperar más. Todas las playas del municipio están afectadas», ha explicado.
Este miércoles 10 será el turno de Carballo, Muros, Noia, Porto do Son y Fisterra, donde la asociación ecologista Adega colabora para intentar formar un equipo de coordinadores de las posibles campañas que sea preciso realizar.
«Es fundamental establecer un protocolo de actuación y una mínima coordinación en las labores de limpieza de la cota afectada para no causar mayores daños a los frágiles ecosistemas litorales. Evitar la masificación, conocer el medio, usar las técnicas apropiadas y dirigir los esfuerzos allí donde resulta clave que los trabajos de limpieza sean realmente efectivos», explica Adega.
La asociación ecologista hará lo mismo el sábado, en Noia, Porto do Son, Cangas y Barreiros en colaboración con otras asociaciones y entidades.
Recogida de firmas para parar la contaminación marina
En todo caso, la acción ciudadana no se limita a la limpieza de arenales. La asociación NoiaLimpa, la primera en dar la voz de alarma sobre el vertido a mediados de diciembre, ha lanzado una recogida de firmas online para «parar la contaminación marina de pellets y por una nueva normativa más segura».
A través de Change.org, NoiaLimpa, Ecoloxistas en Acción, Plademar, Good Karma Projects, Redes de Sal, Festival Mar de Mares y Surfriders España, se dirigen al conselleiro de Mar, Alfonso Villares, y a la ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, para reunirse con ellos e instarlos a «tomar medidas inmediatas y efectivas para proteger el ecosistema marino y que una catástrofe como esta no se repita #nuncamais».
Explican que, por su aspecto, los pellets son ingeridos por la fauna marina, que las confunde con huevos o krill, y son filtradas también por ostras, mejillones y algas. Además, su tamaño dificulta su limpieza, «por lo que se teme que esto derive en una «marea blanca» de consecuencias trágicas para el medio ambiente y que afecta directamente a las comunidades costeras que viven de la pesca, el marisqueo y el turismo, sin olvidar todos los daños indirectos que genera esta contaminación en un ecosistema que produce la mitad del oxígeno del mundo».
Por todo ello, solicitan recalificar los pellets para que sean considerados productos peligrosos y muy contaminantes y cambiar la normativa de transportes marítimos para que viajen con más medidas de seguridad y sean manejados por profesionales especializados.
También exigir responsabilidades, con multas a las empresas implicadas, productoras y de transportes, que provoquen este tipo de hechos y establecer un protocolo de actuación en caso de desastre medioambiental a nivel estatal para actuar con celeridad.