Desde los seis años residiendo en España, Asaari Bibang siempre supo que su destino estaba ligado al mundo del espectáculo. Su vida se ha convertido en la materia prima de su comedia, enfrentándose en el escenario a los clichés y estereotipos. Bajo el título «Humor Negra», su espectáculo es un campo de batalla verbal donde desafía con humor la percepción común, llevando al público a una travesía hilarante y reflexiva.
Este sábado, prepárate para una noche llena de carcajadas, mientras Asaari Bibang desata su genio en Las Noches de la Treus. Mientras llega el momento hablamos con ella sobre lo que será su visita:
-Assari, eres actriz, humorista, escritora, bailarina… ¿Qué te queda por hacer?
-¡Bailar con un hula hoop! (risas) Es que ya he escrito el libro… Lo que sucede es que en mi caso fue al revés: primero planté el árbol, en el colegio, y de adulta escribí el libro. Te puedo decir, eso sí, que me gustaría volver a bailar ya que me encanta el mundo de la danza, pero creo que me costará ya que no es lo mismo bailar con 16 ó 20 años que hacerlo ahora con casi 40… Mis rodillas, mis hombros y mi espalda se niegan, pero estoy luchando contra ello con el yoga. Como artista estoy abierta a todo, supongo que cuando llegue esa nueva inquietud las explicaré como he hecho siempre.
-A Vigo llegas en tu faceta de monologuista, pero más allá de eso eres una persona que en su día a día lucha de manera activa contra el racismo bien sea en podcast, conferencias o publicaciones. En ese momento ¿el humor se queda a un lado o bien el chiste sirve como espoleta para la denuncia?
-No solo no se queda a un lado sino que creo que es la mejor baza como forma de visibilizar problemas sociales como puede ser el racismo o cualquier otra lucha. Considero que es un código de comunicación maravilloso y una herramienta artística que sirve para dar luz y luchar contra este tipo de fobias y lastres que arrastramos en la sociedad, porque el humor pone a las personas en predisposición de escuchar ideas que de otra manera no oirían.
-Te podemos encontrar al frente de un podcast, No Hay Negros en el Tibet, con Frank T. y Lamine Thior donde se habla sobre lo que significa ser una persona afrodescendiente en España. Iniciativas como esta ayudan a tomar consciencia de una realidad que es ajena para muchos, pero si nos fijamos en el contexto social y político actual, ¿crees que estamos avanzando en la normalización de culturas e identidades o nos encontramos en una situación de retroceso?
-Yo diría que sí que ha habido un retroceso, pero no solo en la lucha contra el racismo sino también contra la gordofobia o la LGTBI-fobia o todo este tipo de temas. Yo lo achaco directamente a que partidos de extrema derecha, que se han aceptado como si nada en la sociedad, han legitimado un discurso que la gente antes por lo menos se callaba y se metía por el orto (puedes poner directamente por el orto, porque orto es una palabra que me encanta) y ahora no solamente lo dicen, sino que además hay como un orgullo racista, como un orgullo homófobo dentro de la sociedad pero creo que esta forma tan visceral y violenta de mostrar este odio también se debe a que por el otro lado ha habido, y hay, muchas personas que están visibilizando las luchas y por ende que son conscientes de otros realidades que no son las suyas propias. Personas que están dispuestas a salir de su mundo de privilegios y ver otras realidades y luchar desde su espacio por un mundo más justo. Siempre digo que antirracista también es una persona que no consiente que se use un lenguaje racista en su entorno. Eso también es luchar y eso lo puede hacer cualquier persona, no es necesario ser Martin Luther King.
En mi caso, tras actuar en diversos centros educativos, me he dado cuenta que los menores son más machistas que antes, pero soy consciente que de igual manera hay un gran grupo de niños y de niñas que tienen una consciencia que yo no tenía con 13 años. Personas que tienen claro que un novio de instituto no tiene porqué mirarles el móvil, que tienen claro que sí, negra y a mucho orgullo, y que tienen claras esas cosas que antes no teníamos tan claras. Posiblemente tenga mucho que ver con el hecho de que ahora tienen herramientas y referentes a su alcance que antes no teníamos. Me gusta quedarme con que hay gente dispuesta a aprender, escuchar y dispuesta a cuestionarse y cambiar.
-¿Cómo de necesario es explicar que la revolución debe ser interseccional y no tan solo de raza o género?
-Es fácil, todas aquellas vivencias que sean parte de la vida de una mujer son asunto del feminismo. No se puede ser antiracista sin ser consciente y sin tener empatía, por ejemplo, con la gordofobia o con la homofobia. Es imposible desligar unas de otras luchas ya que es una cuestión de conciencia y justicia social.
-Se viene la manida pregunta… ¿las cómicas se atreven más o es que ahora los cómicos les molestan menos?
-Estos años hemos vivido un boom de las cómicas, pero yo pienso que, simplemente, es porque se les ha empezado a dar espacio y no tanto “dárselo” sino que se ha pegado una patada en la puerta y se ha entrado. En cuanto se ha tenido el espacio y la oportunidad ha funcionado y se ha hecho un trabajo en 6 ó 7 años para ponerse al nivel de los cómicos que ya había; y con nivel no hablo de capacidad sino a la visibilidad.
Yo estoy muy orgullosa de lo que se ha visto a lo largo de estos años y creo que es una muestra de lo que la sociedad ha cambiado alzando la voz pidiendo y gritando que haya otros discursos, otros temas, otros enfoques y otra visión del mundo.
Para concluir la entrevista y abrir boca para lo que se viene este sábado, día 20, en el Sinattra, cuéntanos qué es lo que podremos ver dentro de Las Noches de La Treus
-Yo espero que a Assari en todo su esplendor. Es un bolo que me apetece muchísimo ya que es la primera vez que voy a hacer Humor Negra en Galicia, un lugar que por motivos personales llevo en mi corazón. Las y los que asistan verán un monólogo en el que hablo de mi vida con un componente racial importante. Cómo he vivido ser una mujer, inmigrante, madre, hija en este territorio con mucho humor. El principal cometido es disfrutar, que la gente se ría y pasar un buen rato.
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