Los representantes de los trabajadores y la dirección de Vitrasa han vuelto a celebrar este jueves la décima reunión para intentar alcanzar un acuerdo que permita avanzar en la negociación del convenio colectivo y poner fin a una huelga indefinida que está a punto de alcanzar los 80 días.
Tras verse las caras en cinco ocasiones en los últimos diez días, ahora las dos partes se toman un tiempo prudencial hasta la próxima cita, que tendrá lugar el viernes 23, a las 11:00 horas, de nuevo con la intervención de una mediadora de la inspección de trabajo, presente en los últimos encuentros.
Hasta esa fecha contarán con un margen de maniobra de ocho días para intentar flexibilizar sus respectivas posiciones e intentar llegar a un preacuerdo que hoy por hoy parece lejano.
«Hubo un movimiento mínimo que no supone una mejora», ha aseverado el presidente del comité de empresa, Imanol Arnoso, al término de la reunión, pocos minutos antes de las tres de la tarde, al respecto de la postura de la empresa, que se resiste a incluir subidas del IPC en los años 2021 y 2022 como sí reclaman desde los sindicatos que representan a los trabajadores.
Hasta ahora, Vitrasa ha ofrecido un aumento salarial para el año 2023, pero el comité reclama que se extienda a los dos años anteriores ya que el convenio venció en 2021. Esa es una de las batallas principales que enfrenta a ambas partes, que se niegan a ceder en sus planteamientos en este sentido.
De hecho, los trabajadores sí aceptaron rebajar el incremento salarial inicial a un 3% para cada uno de los tres años, pero no admiten la postura de la empresa de ofrecer una compensación sin consolidar de 500 euros por esos dos años.
Propuesta «desorbitada»
La postura de los trabajadores, por otra parte, se considera «desorbitada» por parte de la empresa, que ha remitido un comunicado en el que lamenta la actitud «inmovilista» que lo único que persigue, afirma, «es perjudicar a los ciudadanos y a sus propios compañeros».
En su nota, Vitrasa ha reprochado la postura de los representantes de los trabajadores «conscientes de la situación económica de la empresa, que suma más de 24 millones de euros de pérdidas y 26,5 millones menos de viajeros desde la pandemia de 2019». De hecho, la dirección de la empresa ha precisado que en la reunión de este jueves ha «transformado» su anterior oferta, «manteniendo el mismo coste, con una subida salarial aplicada desde el año 2021, tal y como se pedía desde la parte social, pero también fue rechazada por el comité». Ese coste para la empresa, recuerdan, es de 2.000 euros de media por cada trabajador, una. cifra que incluye el abono de 500 euros a cada uno en concepto de pago a cuenta de lo que se firme en el convenio colectivo para los años 2021 y 2022, así como la subida consolidada de un 3 por ciento en los salarios desde enero de 2023 y en el año 2024.
Una vez más la empresa ha solicitado que se ponga fin a la huelga indefinida para poder continuar con la negociación en un «clima de normalidad» para todos.
No obstante, la huelga indefinida que comenzó el 25 de noviembre se mantiene, así como las movilizaciones de los trabajadores, que este viernes volverán a manifestarse a las 19:00 horas para intentar forzar un cambio de postura en la empresa concesionaria del transporte urbano, que cuenta con el apoyo del gobierno local.