Este viernes coincidiendo con el 8M, Día Internacional de la Mujer Trabajadora, conocíamos la muerte de Akira Toriyama, creador de Dragon Ball, A priori estos dos eventos podrían encontrarse muy lejos pero como ya hemos hablado en artículos anteriores As Bolas do Dragón tuvo un gran impacto en una generación gallega criada y crecida en los noventa, un hecho que nos invita a reflexionar sobre la representación femenina en su obra más célebre.
Bulma, la chispa que encendió la llama
Sin duda, Bulma es un personaje crucial en la historia. Su ingenio y espíritu aventurero la convierten en la piedra angular del inicio de la trama y es que es ella, en la búsqueda de las las Bolas del Dragón quien se encuentra con Son Goku, así que incluso podríamos adueñarnos de aquel “contigo empezó todo” y decírselo a Bulma. Sin embargo, con el paso del tiempo, su papel se ve relegado a madre y apoyo emocional de Vegeta. Su posición como presidenta de Capsule Corporation, aunque importante, no la exime de la etiqueta de «nepobaby», perpetuando un estereotipo de éxito feminino ligado al nepotismo.
De guerreras a amas de casa
Uno de los casos más llamativos de la evolución de los personajes ha sido el de C18. Secuestrada junto a su hermano por el Dr. Gero cuando eran humanos fueron transformados en letales androides. Letal en el combate, se casó con Krilin, tuvieron una hija y ya no volvió a pelear al máximo nivel , es cierto que participó Torneo del Poder en Dragon Ball Super pero su personaje ha dejado de ser relevante por completo incluso si la comparamos con su hermano, C17, del que sabemos que se ha convertido en rescatador de animales.
Videl, la aguerrida hija de Mr. Satán, también sucumbe a este destino. Su ímpetu inicial se diluye, convirtiéndose en una figura dedicada al hogar y al cuidado de su hija Pan. Si bien este cambio podría justificarse por el legado pacifista de su padre, no deja de ser una decepción para quienes esperaban un desarrollo más completo de su potencial.
Todos sabemos que Goku llega desde el Planeta Vegeta pero ¿Y su madre? La madre de Goku, Gine, representa una excepción dentro de la raza saiyana. Su carácter dócil y pacifista la aleja del estereotipo guerrero, relegándola a un trabajo de baja categoría en el Planeta Vegeta. Su historia nos recuerda la rigidez de los roles de género en la sociedad saiyana, incluso para una figura tan importante como la madre del protagonista.
El caso de Chi-Chi, esposa de Goku y madre de Gohan y Goten, es uno de los más paradigmáticos. A pesar de su notable fuerza y determinación inicial, su papel se ve constreñido al ámbito doméstico, transformándose en una madre histérica y sobreprotectora. Esta evolución, que reduce su complejidad a una caricatura, refleja una visión limitada del potencial femenino.
…Y las nuevas generaciones: ¿un futuro esperanzador?
Si bien el panorama para las mujeres en Dragon Ball no es del todo alentador, hay algunos destellos de esperanza en las nuevas generaciones. Pan, la hija de Gohan y Videl, muestra una fuerza considerable y un carácter decidido, características que la perfilan como un personaje con potencial para romper con los moldes tradicionales. Sin embargo, el caso de Bra, la hija de Vegeta y Bulma, es menos prometedor. Se la presenta como una chica frágil, mimada y superficial, interesada principalmente en la moda y las compras. Este estereotipo, aunque menos común que el de la madre abnegada, no deja de ser una representación limitada y poco inspiradora.
La aparición de Kale y Caulifla, dos guerreras saiyanas de gran poder, en Dragon Ball Super, despertó la esperanza de un cambio en la dinámica de género. Sin embargo, su desarrollo se vio truncado, dejando abierta la pregunta de si volveremos a verlas en el futuro.
Si bien la crítica se centra en Dragon Ball, es importante reconocer que la sexualización innecesaria y la relegación de personajes femeninos a roles secundarios es un problema que afecta a gran parte del manga y el anime y el mundo del entretenimiento en general. Es necesario ser críticos con estas representaciones y promover un cambio hacia una mayor diversidad e igualdad en la construcción de personajes femeninos.
El 8M nos invita a reflexionar sobre la responsabilidad de los creadores de contenido para construir personajes femeninos complejos y relevantes que escapen de los estereotipos tradicionales. Es hora de que las mujeres sean más que simples acompañantes, y se conviertan en protagonistas con historias y roles tan diversos como la propia realidad.