Tenía que ser Aspas, el que siempre ha salido al rescate del Celta cuando lo ha necesitado. Y otra vez, una temporada más, el de Moaña sigue estando al pie del cañón. Esta vez fue ante Las Palmas en un partido que era decisivo. Había que ganar y el delantero celeste lo bordó.
Dos goles y dos asistencias del príncipe de las bateas sirvieron para sumar tres puntos que pueden ser fundamentales. A la espera del resultado del Girona-Cádiz, los de Claudio Giráldez tienen dos victorias de ventaja sobre el descenso.
Y eso que el encuentro comenzó muy cuesta arriba. La defensa viguesa la pifió en un córner y recibió un gol tempranero en contra que no fue fácil remontar. El dominio del conjunto canario se prolongó durante todo el partido, pero no gozaron de excesivas ocasiones.
En cambio, los célticos las tuvieron de todos los colores. No fue hasta que Iago acertó con un centro de Carles Pérez, también muy acertado, cuando el partido modificó su color.
Una asistencia del propio Aspas a Williot permitió poner las cosas más fáciles. En la segunda mitad el Celta tuvo media docena de oportunidades. Acertaron Douvikas y Aspas de nuevo, que se regalaron sendas asistencias.
Balaídos, con más de 21.000 espectadores, fue una auténtica fiesta.