Alberte Alonso y Lisa Vitorino, una pareja de profesionales de la educación teatral, son los artífices de un nuevo proyecto cultural y artístico que se lleva gestando desde hace años en el Casco Vello Alto y que pretenden poner en marcha el próximo curso escolar.
Los meses de septiembre u octubre son las fechas que se marcan para abrir las puertas de “Teatro Permanente” en uno de los edificios más emblemáticos de la antigua zona viguesa, datando su construcción en el siglo XIX con un estilo vilego.
Al lado de la Pinacoteca y haciendo esquina con las calles Cruz Verde, Abeleira Menéndez y Ferrería, esta pareja artística -que también lo es en la vida personal-, quiere ofrecer su granito de arena para potenciar e impulsar la vida cultural del Casco Vello y, de paso, ofrecer una alternativa más de ocio a los residentes de la zona.
Y es que se trata de una iniciativa artística con vocación “educativa” y no con “un formato académico convencional de enseñanza reglada” siendo la idea de “interpretar jugando” su verdadero mantra. Proponen un teatro “que esté al alcance de todo el mundo”.
Una propuesta alternativa y creativa “para hacer teatro, para conocerlo y descubrirlo desde el teatro, haciendo y viendo teatro, leyendo o hablando de teatro”, explican. Siempre con un “planteamiento lúdico” pero bajo el paraguas y la esencia de la formación.
Esta es su idea inicial, siendo todavía conscientes de que les queda un largo camino por delante para ´pulir´ y llevar a cabo un proyecto artístico que pretenden sea una “experiencia de juego” en el sentido de “interactuar con el público, con otros artistas, con elementos del teatro, con los textos de los guiones…” e idear creaciones “que se mantengan el tiempo suficiente, que sean permanentes”, detalla Alberte. De ahí, el nombre de la escuela: “Teatro Permanente”.
De este modo, su planteamiento de trabajo será llevar ellos mismos la labor creativa, con una producción propia y, de forma puntual, invitar a otros artistas “a algún espectáculo adaptado al momento”.
Ofrecerán así aulas de teatro por grupos de edad o por temática (estudios de obra) abiertas a todo el público general en horarios de mañana y tarde.
Y a raíz de estas formaciones, su idea es crear un espectáculo mensual -en un principio valoran hacerlo el último fin de semana de cada mes- para, durante 40 minutos, presentar el proyecto de creación “puntual” que se va gestando día a día en las clases.
Funcionamiento “asociativo”
Además, quieren involucrar a la comunidad con un funcionamiento “asociativo” que “alimente una vida teatral de barrio” así como incluir otras vertientes culturales y artísticas como es el caso del canto, la danza o la música. Y es que los anteriores dueños del edificio donde abrirá las puertas esta nueva escuela son músicos y, con ellos, buscan ofrecer esa sinergia artística que los ha unido. Crear un coro, reuniones de dramaturgia o experiencias musicales particulares son otras ideas que ya barajan.
“Queremos ver en qué medida el barrio puede hacer de este espacio un espacio compartido pero con una determinada dirección y con un teatro amplio y una programación diversa”, señalan sobre la idea de crear ese “tejido asociativo” y una “buena conexión” en el Casco Vello para lograr la idea final de “local social que gire alrededor del teatro”, sobre todo, en lo que se refiere a la creación de contenidos.
Con todo, esta iniciativa particular pasa por financiarse íntegramente con fondos privados y una “economía circular” siendo su planteamiento inicial el de “no pedir subvenciones” manteniendo una cuota de socios por cada curso que desarrollen además de posibles donaciones.
Local de 2 plantas: ultimando las obras
El local donde desarrollarán la escuela de teatro se encuentra ahora mismo en obras, ya ultimándolas con el objetivo de que estén completamente rematadas antes de verano. Así, su idea es utilizar precisamente los meses estivales para desarrollar la programación de la escuela, programar la página web y difundir el proyecto artístico.
Y dedicarán así un total de dos plantas a la escuela de teatro: el bajo del inmueble de la calle Cruz Verde -donde tendrá el acceso principal- será la sala de espectáculos. Un total de 50 metros cuadrados, donde mantienen la arquitectura original del edificio, que estará equipada como sala de teatro y aulas con una zona de camerinos y baño.
Mientras, la primera planta tiene una superficie de unos 60 m2 que se destinará a sala de trabajo, despacho, un pequeño espacio para grabación y almacén.
Un “proyecto de vida artística familiar” desde el año 2017
Alberte y Lisa se conocieron en la Universidad en el año 2006, cuando ambos cursaban el máster en Estudios Teatrales en Francia.
Él tiene familia en Vilalba y Abadín, en Lugo, pero su vinculación con Vigo llega por su madre, que fue maestra en la ciudad. Lisa es de Avignon y, tras acabar sus estudios, ambos decidieron vivir en España, en Galicia. Corría el año 2014 y ya tenían la idea de “hacer algo aquí”.
Buscaban una localización para asentarse y hacer una “vida artística familiar” en la que integrar su proyecto profesional. En Vigo pensaron en Bouzas o en el Casco Vello. Y es que su intención era instalarse “en un entorno familiar, con pocos coches, con ambiente de barrio y lejos del ruido urbano”.
Y finalmente se decantaron por el Casco Vello, al que definen como “un pueblo marinero dentro de la ciudad”. Fue en el año 2017 cuando compraron el edificio completo de la calle Abeleira Menéndez con Cruz Verde. Un histórico inmueble construido en el siglo XIX y de estilo vilego, según la ficha del Pepri del Casco Vello, con planta baja, 3 alturas y bajo cubierta que destinan para su proyecto más ambicioso “personal y artístico” porque no quieren que haya una “separación vital” entre ambos.
Así, la planta baja y la primera del edifico la dedicarán a la escuela de teatro mientras que el resto del inmueble es donde residen desde el verano del año 2022.
Con todo, recuerdan el esfuerzo que les supuso llevar adelante este proyecto puesto que la compra del inmueble se hizo efectiva en el año 2017 pero no se olvidan de toda la burocracia que tuvieron que superar para llegar al punto en el que están hoy, 7 años después.
Trámites con Patrimonio, trabajos de arqueología, rehabilitación integral del edificio… todo para poner en marcha su proyecto de vida y también laboral.
Ahora tienen tres hijos, a los que anhelan incorporar al ámbito artístico “si ellos quieren” porque, como ambos puntualizan, se trata de su “proyecto de vida artística familiar”.