Sin tiempo que perder ante una obra pendiente desde hace más de dos años, el presidente de Sogama, Javier Domínguez Lino, daba el ok este martes al expediente de la obra de ampliación de la planta de Guixar y, apenas unos minutos después, la obra salía a licitación pública por 1.646.976,96 de euros (sin IVA).
Así, 24 horas antes de la conmemoración del Día Mundial del Medio Ambiente, la Xunta, a través de la Sociedad Galega do Medio Ambiente (Sogama) ha licitado las obras de construcción de una tolva de transferencia de biorresiduos en la planta de residuos urbanos de Vigo que permitirá gestionar una media de 10.480 toneladas de residuos orgánicos cada año, los procedentes de los contenedores marrones. Su capacidad máxima será de 15.000 toneladas.
Al mismo tiempo, además, también se ha licitado dentro del mismo expediente la sustitución del cerramiento de toda la planta de Guixar. El proyecto incluye esta última actuación tras aceptar los requerimientos realizados desde el Concello de Vigo –un total de cinco– al respecto de la necesidad de minimizar las molestias que sufren los vecinos de esta zona de Teis, en lo que respecta al ruido que se genera en la planta.
También se ha exigido, desde el departamento de Urbanismo del Consistorio vigués, que el proyecto contemple medidas de ventilación adecuadas para evitar los malos olores en este nuevo sector dedicado en exclusiva a los residuos orgánicos que tendrá la planta de Guixar. «Se debe justificar de manera clara y detallada cómo se realizará el aporte de aire y la evacuación de los malos olores derivados de la transferencia del residuo del camión al contenedor», exigió la Gerencia de Urbanismo antes de dar luz verde a la tramitación del expediente.
Desde hace semanas, la zona ya está en obras para dejar vía libre y construir la nueva nave que acogerá los nuevos equipos de transferencia que tendrá que acometer el adjudicatario de la licitación publicada este martes.
Estas instalaciones contarán con una tolva diferente para el trasvase de los camiones de recogida a contenedores de mayor capacidad, que serán transportados hasta la planta de biorresiduos más próxima.
Lo que se gestionará en la nueva línea que se licita hoy son los residuos orgánicos depositados en el «quinto contenedor», es decir, en los contenedores marrones que poco a poco se van instalando en la ciudad donde se deposita la Fracción Orgánica de los Residuos Sólidos Urbanos (Forsu), entre los que se encuentran los restos de alimentos y cocina, poda de árboles, barrido de calles, ramas, paja y plantas.
Una larga tramitación
La tramitación comenzó en diciembre de 2021, fecha en la que Sogama convocó la licitación para realizar estas obras de ampliación para acoger los residuos orgánicos en las plantas de Lugo, Narón, Silleda, San Cibrao das Viñas, Vigo, O Porriño y A Rúa. El proceso se dividió en cinco lotes diferentes, de los cuales Vigo constituía un único lote.
La redacción del proyecto fue entregada en junio de 2022 y desde entonces la tramitación ha superado distintas fases en las que se ha completado el proyecto con la envolvente de la instalación actual para lograr un mejor aislamiento que permita que en el exterior no se superen los límites que marca la ordenanza municipal de ruido –45 dBA en zonas residenciales y 55 en zonas industriales–, como se exigió desde Urbanismo en varias ocasiones, la última en junio de 2023.
Además de la sustitución del cerramiento de la planta de Guixar, el contrato, licitado este martes por 1,6 millones de euros (IVA excluido) incluye la construcción, suministro, montaje y puesta en marcha de la tolva de transferencia y todas sus instalaciones y, en definitiva, la gestión integral del proyecto, desarrollándose este bajo el concepto de “llave en mano”, lo que implica que tras la obra –que cuenta con un plazo de ejecución máximo de 7 meses– estará lista para ser utilizada.
Con esta obra, se complementarán los puntos de transferencia de residuos urbanos ya ejecutados en las plantas de A Lama, Arbo, Cee, Curtis, Lugo, Narón, Ponteceso, Riotorto, Silleda, San Cibrao Das Viñas, O Porriño y A Rúa.
Planta de tratamiento de residuos de Guixar
La planta de tratamiento de residuos de Guixar, construida en 1995 en una parcela de casi 7.000 metros cuadrados, contará, una vez concluidas las obras que ahora se licitan, con cuatro líneas de operación: tres líneas ya existentes dotadas de sistemas de compactación que seguirán siendo las utilizadas para los residuos urbanos, los denominados de Bolsa Negra y Bolsa Amarilla.
A ellas se sumará una cuarta línea desprovista de sistemas de compactación que se corresponderá con el nuevo punto de transferencia de los residuos orgánicos. Esta línea, por tanto, estará provista de una tolva de descarga, un sistema de traslación de los contenedores y un parking contenedor, pero no de un compactador.
Cada año más de 104.000 toneladas de residuos
La planta de tratamiento de Guixar gestiona de media, cada año, algo más de 104.000 toneladas de residuos procedentes de los contenedores verdes, en los que se deposita la basura doméstica.
Tras la ejecución de la cuarta línea, rozará las 110.000 toneladas ya que se prevé que haya una transferencia a los contenedores marrones de un 10% de los residuos que ahora se depositan en los verdes –que ahora se están reemplazando poco a poco por un nuevo modelo de color gris y rojo–.
Por tanto, se estima que una vez estén en marcha las cuatro líneas se gestionarán unas 94.321 toneladas al año de residuos denominados de Bolsa negra –basura doméstica o municipal–, 3.492 de bolsa amarilla –envases de plástico, latas y briks aptos para el reciclaje– y una media de 10.480 toneladas de residuos orgánicos.
Funcionamiento de la nueva línea
El punto de transferencia de residuos orgánicos –denominados Forsu– consiste en un proceso que tiene lugar en dos niveles (cotas) diferentes que tienen como nexo de unión una tolva de recepción de residuos.
En el nivel superior se ubica la zona de descarga. El residuo se descarga por gravedad desde un camión hacia una tolva, para posteriormente almacenarse en un contenedor de tipo cerrado, de 32 m3 de capacidad, que se encuentra en el nivel inferior.
Una vez se haya llenado el contenedor, un vehículo (camión, tractora con semirremolque, etc.) dotado de sistema de gancho hidráulico multiusos procederá a la retirada del contenedor lleno y a la colocación de un contenedor vacío sobre los carriles habilitados a tal efecto.
En líneas generales, los tiempos de estancia máxima de los contenedores son de 12 horas en lo que respecta a los contenedores de bolsa negra y amarilla, y de seis horas como máximo en el caso de los contenedores de residuos orgánicos, desde que se haya procedido a su llenado, garantizándose un cambio diario.