«El año pasado ya hacíamos algunas rutas desenfadadas a modo de prueba para cruceristas, pero ahora es cuando empezamos en serio, con local propio y nuestras propias bicis», explica Javi Jiménez, el alma de Biking Vigo.
La inauguración del nuevo local de Biking Vigo tuvo lugar el pasado viernes, con la puesta de largo oficial de esta iniciativa que puso en marcha Javi Jiménez tras comprobar que Vigo no contaba con esta alternativa de ocio para turistas que quieren conocer, en poco tiempo, los principales puntos de la ciudad a través de un medio sostenible como es la bici.
La idea de la empresa surgió hace un par de años. «Trabajaba en un hotel con alquiler de bicis. Yo soy un friki de las bicis y tenemos un entorno muy chulo y era un placer cuando la gente nos preguntaba en el hotel a dónde podían ir… yo les sacaba el mapa y les decía por dónde podían ir porque en Vigo, si no conoces la ciudad, es complicado ver más allá del Casco Vello o el Príncipe», explica Javi.
A partir de ahí, puso en marcha la idea, comenzando por la organización de las rutas para unir los principales puntos a través del carril bici y senderos. «Hicimos un trabajo muy importante, dándole una vuelta para que fuese lo más guay posible», indica.
Para hacer frente a las numerosas cuestas, las rutas se hacen con bicicletas eléctricas, fáciles de manejar tanto para adolescentes como para mayores, aunque no estén acostumbrados a su manejo.
«Ante cada ruta, mi primer objetivo es que la gente vaya cómoda, que haya total seguridad y luego es un disfrute contarle a la gente las historias», describe. Hay rutas de lunes a domingo y cada 15/20 minutos se hace una parada. «O si quieren tomar algo en Samil también paramos un rato, claro», precisa.
Existen varias rutas temáticas y en todas ellas se muestra la ciudad a los turistas (o a aquellos que quieran redescubrirla) a través de las historias personales de Lola, Nacho, Jose, Antonio, Iago o Pucho.
Los grupos son de un máximo de ocho personas y por ahora la práctica totalidad de las rutas se realizan en inglés, ya que son los turistas norteamericanos e ingleses los más interesados en estas experiencias. Es apta para todas las edades, a partir de los 14 años, ya que las bicis son para una altura mínima de 1,50 metros. Los más pequeños –de menos de seis años– pueden ir en una sillita infantil. «De entrada los más pequeños se quedan un poco en shock y luego, o se duermen, o lo pasan pipa», describe.
La más popular es Discover Vigo, una travesía a lo largo de 22 kilómetros de tres horas que va hasta Samil por la senda del río Lagares y regresa por Bouzas. «Es una chulada. Al entrar desde Alcabre ves el agua azul en Bouzas e impacta un montón», subraya Javi.
Otra de las propuestas es Feel Vigo, que ofrece una perspectiva diferente para los turistas, al recorrer una zona menos conocida de la ciudad para los foráneos. «Vamos hasta el Balcón de Chapela, para ver la ría de cerca. Es un punto poco habitual para los turistas, pero para ver el atardecer es una experiencia increíble», remarca.
«Lo que hacemos no es solo contar la historia de Vigo, sino contarla a través de la historia de diferentes personas de Vigo», relata Javi. Así, Lola es una mujer que emigró en los años 50 a Uruguay, la historia de Jose es la de una persona que vivió en el Casco Vello en los años 50, la de Iago (Aspas) es la historia de Balaídos, la de Javier es la de Citroën y también cuenta la de Pucho (Cé Tangana).
Entre los personajes de sus historias, hay uno que participa activamente en las visitas ya que se trata de Antonio, el último cesteiro del Casco Vello, artesano de tercera generación que permite abrir su local a los visitantes, que se quedan deslumbrados con su taller. «A través de su historia puedes contar la historia de Vigo y a la gente le encanta entrar y ver cómo es el proceso… yo lo único que hago ahí es traducir», afirma Javi.
Los cruceristas, que comenzaron siendo sus «conejillos de indias», son una parte fundamental de las rutas, tras llegar a un acuerdo con Durán y CIA para realizar las rutas desde el puerto con los trasatlánticos que hacen escala.
«Las reseñas que nos hace la gente son increíbles, una pasada. Para ellos, poder ver la ciudad en tres horas, en apenas una mañana, es genial y además les ayuda a romper la imagen de que Vigo es Príncipe y la calle Urzaiz y poco más. Descubren los alrededores, que es uno de los puntos fuertes de la ciudad», añade.
De hecho, el boca a boca es el que más funciona, con reseñas que animan a realizar la experiencia. «Genial. Ha sido muy divertido, super entretenido y Javi es un gran guía que hace el recorrido muy ameno e instructivo. Las bicis son una maravilla y no exigen nada de esfuerzo. Muy recomendable. Vale la pena», señala una de ellas, en TripAdvisor.
«Javi estuvo increíble. Nos brindó un día perfecto: éramos ocho y brindó un recorrido divertido y sin interrupciones. El paseo en bicicleta fue agradable y enseñó incluso a los novatos a andar en bicicletas eléctricas. Realizó un recorrido agradable, seguro y organizado. Incluso proporcionó transporte desde la terminal de cruceros y luego sugirió un restaurante fantástico que estaba frente a la terminal para almorzar. Vimos lugares que sólo un local conocería. Claramente, ama su ciudad», indica otro de los comentarios.