En un plazo de dos meses, Vigo contará con un nuevo tramo de la senda del Lagares que permitirá a la ciudadanía redescubrir, a juicio de Abel Caballero, este enclave que cruza toda la ciudad hasta la playa de Samil. “Vigo va a descubrir que el río Lagares es mucho más hermoso de lo que pensábamos”, ha subrayado el regidor vigués, que este jueves ha visitado las obras que se realizan en el paseo de Lagares en la zona de la Poza da Serpe.
El alcalde y la concejala de Urbanismo, María Xosé Caride, visitaron las obras en una zona donde el río cae en una cascada sobre la cual fue necesario realizar una intervención arquitectónica con pasarelas, escaleras y miradores para salvar el desnivel de 30 metros de altura.
Tal y como recordó Caballero, la senda del Lagares está finalizada entre la Avenida de Madrid y la desembocadura del río, que es el tramo que en la actualidad utiliza la ciudadanía y ahora se están acometiendo las obras de la ampliación desde la Avenida de Madrid hasta Manuel Álvarez, subiendo por el curso del río, un tramo de 3,3 kilómetros de largo que cuenta con una inversión de 1,2 millones de euros.
Esta era única zona del río en la que no existía una infraestructura que permitiera a la gente acercarse a la cuenca. «El paseo del Lagares va a constituirse en uno de los pulmones verdes de la ciudad”, pronosticó.
El curso del río Lagares mide 17,7 kilómetros de largo y el recorrido completo del nuevo paseo alcanza los 11,3 kilómetros con una inversión total de 1,5 millones de euros. “Estamos descubriendo y haciendo accesibles zonas excepcionales del río en la ciudad y abriremos al uso público una zona que va a completar en conjunto más de 11 kilómetros de paseo”, apuntó el regidor.
Una vez finalizado el nuevo tramo del Lagares, la ciudadanía podrá acercarse a “espacios de una belleza inigualable” como las riberas de la parte baja de Cambeses, con grandes robles y amieiros tapizados de hiedras y madreselvas, o la zona de la Poza da Serpe, con una cascada de 30 metros de altura que requirió una intervención arquitectónica singular para salvar las escarpadas laderas del río.
En este punto, el gobierno municipal instaló un juego de pasarelas de madera, escaleras y miradores de 300 metros que salvan el desnivel y permiten dar continuidad al paseo, en zonas que antes eran inaccesibles.