Por cierto, y ¿por qué se llama móvil si no se mueve? Bueno se mueve un poco pero sólo cuando vibra.
Los italianos se refieren al aparato como telefonino, los franceses como portable, los británicos como cell phone, para nuestros vecinos portugueses es el telemóvel y para los hispanohablantes el celular.
El aparatito que todos llevamos encima nos hace de reloj, agenda, mensajería, bloc de notas, archivador, correo, calculadora, grabadora, traductor, brújula, mapa de carreteras, cronómetro, cámara de fotos/video y más servicios que ahora no recuerdo.
Pongamános en el supuesto de que, por alguna razón desconocida, de pronto desapareciesen los móviles en todo el mundo. Yo creo que no habría psicólogos en el planeta para atender tanta crisis de ansiedad. Si estando en nuestra casa, nos pasa muchas veces que no lo encontramos, y ya empezamos a ponernos tensos, ¿sí o no?
Tenemos (todos o casi todos) una grandísima dependencia del celular. Si salimos de casa sin él parece que nos falta algo, y no vamos tranquilos pensando: ¿y si me llega una llamada muy importante y no la puedo contestar?
En realidad estamos consultando el telefonino todo el santo día, en la terraza tomando algo, en la sala de espera del médico, en el banco mientras llega nuestro turno, en la playa, en la piscina, haciendo bici estática, y andando por la calle… también consultamos el telemóvel.
Al que esto escribe le encanta ver a la ciudadanía por la calle cómo hacen uso de sus terminales. Por ejemplo, en una terraza ver a una persona sola con su móvil viendo vídeos musicales a todo volumen, o en el vagón del tren al típico que habla a voz en grito con un proveedor de Murcia, o los que van andando con un auricular en el oído que parecen que van hablando solos, o los ensimismados por la rúa que no ven ni las farolas. No me digan Vds que todos estos perfiles ¿no son adorables?
Pues sí, el famoso telefonito nos ha cambiado la vida por completo, y hay que aceptarlo. Y una de las consecuencias de tener telefonía móvil es que ha acabado con las discusiones personales y las correspondientes apuestas. Ahora la discusión en cuestión se zanja al momento, porque enseguida tiramos de celular para que el señor Google nos diga quien tenía razón.
Bueno y sin olvidarnos de que también ha suprimido aquello tan socorrido cuando ibas de viaje, estabas perdido y tenías que preguntar a un lugareño, aquello tenía mucho encanto, sobre todo cuando el paisano se equivocaba de mano y te mandaba a la derecha cuando era a la izquierda.
En fin, y es que la ciencia avanza que es una barbaridad, y el progreso es lo que tiene, pero no me puedo olvidar ahora del humorista Miguel Gila, y su teléfono negro de baquelita. Cuando hablaba con el enemigo, para que atacaran a una hora decente y no cuando los soldados estaban durmiendo. ¿Sería lo mismo ver a don Miguel con un móvil… por supuesto que no, no tendría la misma gracia.
Por cierto, disculpen Vds, ¿pero donde dejé mi móvil? ¡si lo habia apoyado aquí! Es que siempre me pasa lo mismo. Ah, ¡qué susto!, lo tenía en el bolsillo del pantalón y no me había dado cuenta.
Pero yo puedo decir bien alto que no tengo móvildependencia como tienen otros. A mi eso no me pasa. Yo lo llevo siempre conmigo por si me llaman y es una llamada muy importante. Pero por lo demás…no… ¡que va!