La imagen corresponde a la playa de Los Olmos, en Vigo. La fotografía está tomada 10.30 de la mañana del jueves 4 de julio, es decir, a mediados de semana y a unas horas en las que prácticamente no hay personas que puedan ensuciar la playa. Sin embargo, se observa, entre otras cosas, un bastoncillo de limpiar los oídos y algo que es mucho más peligroso: un sacacorchos. Casualmente, ese mismo día, un poco más tarde, llegaron varios grupos de niñas y de niños que formaban parte de los campamentos de verano, acompañados de sus monitores. La actitud de todos ellos fue digna de mención por su comportamiento y una educación que no está reñida con el respeto y la diversión. Y también es preciso resaltar la profesionalidad de las personas responsables de esos campamentos urbanos, que desarrollan un trabajo impecable. Pero los peligros estaban ahí, en la playa, como se ve en la imagen. Gracias a que estas personas estaban atentas en todo momento no hubo ninguna desgracia, pero es preciso incidir en la limpieza de las playas porque está claro que no bastan las campañas de concienciación, la gente sigue tirando basura y objetos peligrosos.