La Asociación Gallega de Jugadores Anónimos (Agaja) lanza un SOS desesperado a la ciudadanía pero, también, a las administraciones públicas. Y es que tras 34 años de trabajo ofreciendo tratamiento de rehabilitación a personas con trastornos por juego u otras adicciones comportamentales, con atención especializada a la ludopatía, se ven abocados al cierre si no se produce un milagro.
Como explica su gerente, Juan Lamas, llevan más de 10 años recibiendo ayudas de la Consellería de Sanidade pero tras la última convocatoria, donde presentaron cuatro programas como en anteriores ocasiones, las subvenciones les fueron denegadas. «No llegamos al mínimo de la puntuación y dos programas son los mismos que el año pasado», señala, matizando que ya han solicitado reuniones con el presidente de la Xunta, con tres conselleiros, con el presidente de la Diputación y con el alcalde de Vigo para intentar revertir la situación.
Mientras, acaban de lanzar un ‘crowdfunding’ con el objetivo de recaudar fondos y conseguir una liquidez que les permita seguir abiertos y mantener la ayuda a más de cien personas que, actualmente, tienen en tratamiento.
Por ahora, han logrado donativos que ascienden a más de 4.700 euros pero se trata de una cantidad insuficiente ya que trabajan con un presupuesto anual de 87.000 euros.
Y es que hasta el día de hoy, como subraya Lamas, más del 50% del mismo procedía de las cuotas de los asociados y personas en tratamiento, siendo el restante -para hacer frente a los gastos de personal, actividades, etc. lo que cubrían con las subvenciones públicas.
Desde Vigo para Galicia
La historia de la Asociación Gallega de Jugadores Anónimos germinó en Vigo en el año 1990, cuando tomó forma como respuesta a una necesidad urgente: la de proporcionar apoyo y orientación para superar una adicción silenciosa pero destructiva.
Es por ello por lo que solicitan ayuda para evitar el cierre de la asociación, mostrándose así esperanzados en lograr una solución para «mantener nuestras puertas abiertas o cerrarlas para siempre».
Como señalan en la recaudación de fondos, Agaja «es mucho más que una asociación sin ánimo de lucro; es un testimonio de la fuerza de la comunidad y la rehabilitación», convirtiéndose en un «refugio» para aquellos que «luchan contra las garras de las adicciones sin sustancia», definiéndose así como «un faro de esperanza y sanación para todos aquellos que buscan encontrar la luz en medio de la oscuridad de la adicción».