Un enorme socavón amenaza desde hace meses la estabilidad del muro perimetral de la finca de Mirambell, que alberga uno de los tesoros turísticos de la ciudad, la Villa Romana de Toralla, descubierta por la familia Mirambell a comienzos del pasado siglo. El deterioro que padece la finca, en la parroquia viguesa de San Miguel de Oia, no se limita a la estructura del muro, sino que también se extiende a la superficie, en el entorno del Club de Remo de Coruxo, cuyo edificio está totalmente vandalizado con pintadas y rodeado de maleza, basura e incluso excrementos, aunque la situación, en este sentido, ha mejorado recientemente ya que una brigada ha comenzado esta semana a limpiar el entorno.
La finca, donada al Concello por la familia Mirambell, se encuentra en un entorno privilegiado, con una ubicación perfecta en la costa, entre dos playas y con unas vistas privilegiadas de la Ría de Vigo, por lo que recibe a diario a cientos de personas, tanto turistas como locales. También a decenas de peregrinos ya que se encuentra dentro del itinerario del Camino Portugués de la Costa, aunque al igual que en el resto del municipio de Vigo, no hay ningún tipo de señalización que lo indique.
Durante el recorrido por la finca, además de la Villa Romana de Toralla, que es la única villa romana de Galicia que está íntegramente excavada y puede ser admirada –aunque con un horario muy limitado–, los visitantes se encuentran desde hace meses con unas vallas y una cinta de la Policía Local que vetan el acceso en uno de los extremos. Se debe a un enorme socavón en el suelo que se produce todos los años porque el mar, desde la playa de Canido, entra por debajo del muro, minando la tierra que, poco a poco, se va hundiendo en la superficie, arrastrando consigo las piedras que lo conforman.
En la actualidad, el agujero es visible tanto desde la parte de arriba como desde la propia playa, donde también se han colocado unas cintas y una valla de la Policía Local que no ocultan el enorme socavón que hay en el muro, que aumenta con cada temporal. «Un día se va a caer abajo», teme el presidente de la asociación de vecinos, Ángel Goberna, que remarca que la estructura, este año, «está peor que nunca».
Desde la asociación vecinal se han puesto en contacto con el Concello de Vigo y con Costas del Estado para que tomen medidas lo antes posible, pero pasan las semanas y los meses y no se ha hecho nada más que poner unas vallas y las cintas de la Policía Local prohibiendo, que no impidiendo, el paso hacia las escaleras por las que se puede acceder a la playa de Canido y que están totalmente destrozadas por la acción del mar.
«Aquí han venido del Concello y de Costas y lo que han dicho desde Costas del Estado es que no tienen presupuesto para ejecutar esa obra y que solo tienen potestad para dar autorización a otra administración para que lo acometan desde el Concello de Vigo», ha indicado Goberna. «Eso es lo que nos han trasladado a nosotros y mientras se pasan la pelota unos a otros, aquí todo sigue igual», insiste el representante vecinal.
Mientras tanto, la situación en la superficie no es mucho mejor, aunque previsiblemente mejorará en los próximos días tras la llegada, esta semana, de una brigada de limpieza que está cortando la maleza y limpiando toda la finca, convertida en una escombrera y utilizada como cuarto de baño, zona de trapicheo y como picadero en horario nocturno.
«Tal y como estaba hace quince días se veían cosas un poco fuera de lugar en los tiempos que corren, incívicas por parte de la gente y de descuido por parte de quien tiene que mantener eso, pero ahora ya está todo mucho mejor», señala el presidente del Club de Remo de Coruxo, Fernando Álvarez.
Y es que los excrementos, restos de papel higiénico, preservativos y basura se han convertido en un elemento más de esta zona, en el entorno del deteriorado edificio municipal que desde hace años utiliza el Club de Remo de Coruxo como base.
La Concellería de Patrimonio, que tiene la competencia de la Finca de Mirambel, prevé poner en marcha un servicio de mantenimiento permanente para la finca. También, ha añadido Fernando Álvarez, otra de las medidas que le han comunicado es que se instalarán grandes piedras para que las personas que pasan por la zona puedan utilizarlas como asiento –desde la zona se puede contemplar una espectacular puesta de sol– y, además, la intención es colocarlas estratégicamente para impedir que los vehículos accedan a la finca, tanto para aparcar para bajar a la playa como en horario nocturno, destrozando además el paseo de madera instalado para facilitar el paso a las personas con algún problema de movilidad.
En cuanto al edificio, de titularidad municipal, el deterioro es evidente y desde el club deportivo permanecen a la espera de que se les facilite otro lugar en el que poder desarrollar su actividad. «Todo lo que sabemos al respecto es que nos han dicho que efectivamente estamos en una situación precaria y que nos están buscando un sitio», ha indicado. Desde el club han asumido el cambio del portalón principal «porque se caía» y, con toda probabilidad, tendrán que realizar alguna otra reforma en la cubierta, que fue completamente invadida por la maleza.