La ‘vuelta al cole’ en los centros educativos de la ciudad está siendo complicada para padres, madres y personal directivo de los colegios de infantil y primaria. Así, a la problemática sobre la eliminación de docentes especialistas para niños con necesidades específicas de apoyo educativo denunciada por el AMPA del CEIP Igrexa – Candeán se suman ahora los problemas en las infraestructuras educativas.
Es el caso del CEIP Altamar de Vigo. Ubicado en pleno barrio de As Travesas, cuenta con unas instalaciones «deterioradas» que, según apuntan desde la dirección del centro, «en algunos casos supone riesgo y peligro para nuestro alumnado».
Cucarachas en las estancias del colegio y en el comedor escolar, ratones y ratas en las zonas de tránsito habitual de los alumnos, barandillas oxidadas, zonas con humedades y moho, goteras, baños con averías constantes, fachada y escaleras de incendios con desprendimientos y exteriores descuidados, entre otros, es el listado de deterioros que, en un completo informe firmado por la directora del colegio, Olalla Saborido, han trasladado a la jefatura territorial de la Consellería de Educación en Pontevedra a finales del pasado año con el objetivo de que se realicen actuaciones de mejora que consideran «urgentes y prioritarias».
Y es ahora, a las puertas del inicio del curso escolar, cuando desde el AMPA del centro educativo hacen hincapié y dan a conocer su problemática que, según señalan, llevan denunciando «desde hace un año» sin que «nadie nos haga caso».
Es por ello por lo que han decidido dar un paso más y llevar a cabo medidas reivindicativas para llamar la atención de la Administración y poder poner fin a la deficiente situación de las instalaciones educativas.
Así, como informa la secretaria de la asociación de padres y madres, Jessica Montero, este jueves y viernes realizarán una acción de protesta con los alumnos y alumnas de Educación Primaria. Durante 5-10 minutos, a las 9:00 horas y antes de que entren en las clases, los chavales esperarán en la entrada del colegio con cascos de obra para simbolizar el peligro que pueden correr al traspasar las puertas del centro y «como símbolo de la preocupación de la comunidad escolar» por lo que «le pueda pasar» a los niños y niñas.
Problemática que afecta a la salud y seguridad
Más allá del hecho simbólico y reivindicativo, desde el AMPA quieren poner imagen y voz a lo que está sucediendo en su colegio puesto que consideran que «puede afectar a la salud y seguridad de todos los miembros» de la comunidad educativa.
Con todo, en el detallado informe remitido a la Xunta de Galicia, la directora del centro explica que, en el día a día «van solucionando» lo que su economía les permite pero especificando que, en la mayoría de los casos, solamente «son parches que no arreglan los problemas en cuestión» y que, además, suponen un coste «muy elevado» para asumir desde el centro educativo.
«Es insalubre respirar diariamente en este espacio»
El documento firmado por Olalla Saborido es demoledor puesto que los problemas que tienen se agravan con la llegada de los temporales y las lluvias. Situación que les lleva a tener goteras en la biblioteca, en el patio cubierto o en los pasillos.
Además, esto se agudiza puesto que «al no tener mantenimiento, las canaletas quedan tupidas y no desaguan, provocando inundaciones en las aulas» y llegando a tener que compartir espacios con los especialistas de Pedagogía Terapéutica y Audición y Lenguaje.
Las filtraciones de agua y humedades es algo con lo que «conviven» en la zona de dirección, sala de jefatura de estudios y secretaría. «Es insalubre respirar diariamente en este espacio», reza el documento de la dirección del centro educativo que llega a revelar que una pared «está deformada» teniendo, incluso, «peligro que desplome».
Le han demandado también al Concello de Vigo la limpieza de canaletas en varias ocasiones «sin éxito». Y sumando todo ello las humedades del salón de actos, que comparten con la Residencia Juvenil Altamar, pero que, según les comunicaron, les corresponde a ellos su reparación.
Con todo, desde la dirección del centro tienen un sentimiento de «abandono total y falta de compromiso» con sus necesidades, incidiendo en que, como colegio, «no tenemos recursos para mejorar» las instalaciones, señalando al mismo tiempo que «el mantenimiento del mismo, por parte del Ayuntamiento/Consellería, es escaso o nulo».
«Nos sentimos impotentes ya que tenemos una comunidad educativa unida y activa, con unos espacios deteriorados y abandonados. Esto condiciona tanto nuestro día a día como nuestras dinámicas de enseñanza y aprendizaje, así como el bienestar y seguridad de nuestro alumnado», finaliza el documento.