La CIG ha retomado este jueves las protestas en defensa del sector gallego de automoción, con una manifestación que ha recorrido el entorno de la planta de Stellantis en Vigo, en la que han participado delegados sindicales de empresas de la comarca viguesa, de Pontevedra y Ourense.
Tras la marcha, representantes del sindicato han leído un manifiesto en el que denunciaban el «futuro incierto» del sector por la falta de política industrial por parte de la Xunta y la ausencia de inversiones de Stellantis, de cara a la fabricación de nuevos modelos. «Ni los trabajadores de la empresa principal ni los de las auxiliares sabemos a día de hoy el plan industrial que se va a aplicar en los próximos años, porque en este momento se está fabricando el mínimo de vehículos eléctricos exigidos para mantener las ayudas y los proyectos», han advertido.
Así, han afeado la «pasividad» de la administración autonómica, que solo se ha decidido a declarar el sector como estratégico «después de la campaña de protestas de la CIG».
El sindicato ha denunciado también que las compañías utilizan la industria gallega del automóvil como «banco de pruebas para ensayar nuevas fórmulas de ahorro de costes en mano de obra, y de optimización de recursos para obtener los máximos beneficios». Todo esto, han alertado, se traduce en «mayor precariedad, pérdida de derechos y destrucción de empleo».
Mientras, han criticado, las empresas «callan y otorgan», el Ayuntamiento de Vigo y Zona Franca «están mudos» y la Xunta «sigue jugando un papel irrelevante, siendo únicamente correa de transmisión de Stellantis». Como consecuencia, el sector está «en un proceso imparable de precarización laboral» y casi todas las empresas tienen «ERTE abusivos», acuden a la desregulación de jornada, imponen turnos, abusan de las ETT y de los bajos salarios, pese a lo que igualmente obtienen ayudas públicas.