El gigantesco crucero ‘Anthem of the Seas’, atracado en el puerto de Vigo, se mostraba este miércoles por la tarde más imponente que nunca.
Buena parte del observatorio Nautilus, ubicado en A Laxe, se divisaba a la perfección desde Cánovas del Castillo y los muelles a lo largo de Beiramar parecían a punto de ser engullidos por el mar.
El puente de Toralla parecía más cerca que nunca del agua y rampas y escaleras de los puertos pesqueros generalmente secas se inundaron.
Las gradas del paseo marítimo de Bouzas se vieron reducidas a la mínima expresión y hubo playas que prácticamente desaparecieron bajo agua o se transformaron radicalmente, como la de Samil, irreconocible.
La marea ha alcanzado a primera hora de la tarde de este miércoles marcas históricas y seguirá sorprendiendo en los próximos días, tanto durante la pleamar como durante la bajamar, como consecuencia de la combinación de varios fenómenos al mismo tiempo, algo que se produce aproximadamente cada veinte años.
Las mareas vivas del mes de septiembre están alcanzando estos días cotas extraordinarias que no se registraban desde hace casi dos décadas, sumando un nuevo fenómeno natural que atesorar en la retina de los ciudadanos (y en los perfiles de las redes sociales a través de cientos de imágenes).
Tras el espectáculo del ‘sol rojo’ –teñido así como consecuencia del humo procedente de los terribles incendios de Portugal– y antes de asistir en las próximas semanas (o no) al paso del ‘cometa del siglo’, Vigo asiste de nuevo a un fenómeno de la naturaleza digno de marcar en el calendario por su singularidad.
Son las mareas vivas y las mareas muertas más altas de los últimos 19 años. En el caso de Vigo alcanzarán cotas nunca vistas, hasta los 4,2 metros de altura en el momento de la pleamar y que se quedarán en los 0,2 metros en la bajamar. En otros lugares como la ría de Foz, en Lugo, será de hasta 4,5 metros.
Por lo tanto, hasta este viernes, en el que la marca de las mareas regresará a la normalidad –en el entorno de los 3,6 y los 0,6 metros–, se podrá contemplar a simple vista cómo buena parte de la arena de las playas queda sumergida bajo las aguas o cómo afloran rocas en el medio del mar en lugares donde no se suelen ver.
«Para resumirlo de manera sencilla, es como si se juntasen dos mareas vivas«, explica José González, responsable de la unidad de Oceanografía del Centro de Investigación Mariña (Ecimat) de la Universidade de Vigo.
Ocurre, aclara el oceanógrafo, por la conjunción de varios factores al mismo tiempo. Por un lado, la coincidencia con la luna llena, que tiene su punto álgido este miércoles, 18 de septiembre, y por el otro la coincidencia con el equinoccio de otoño, que también tiene lugar esta semana.
Como recuerda el experto, cuando se produce la luna nueva o la luna llena, hay más masa de la Luna atrayendo la masa de agua, lo que hace que las mareas tengan más intensidad que cuando el satélite está en fase creciente o menguante.
Por otro lado, añade José González, están las mareas equinocciales, en el periodo del equinoccio, tanto de primavera como de otoño. «Las mareas en esta época son más intensas por la alineación de la Luna y el Sol y ahora es cuando la Luna está más cerca de la Tierra y por lo cual ejerce más atracción. Al mismo tiempo, coincide que el Sol está yendo hacia el hemisferio sur y queda justo a la altura del Ecuador, con lo que esa «alineación» de ambos a la altura del Ecuador ejerce una mayor atracción sobre las mareas.
«Tenemos todos los factores, es la conjunción perfecta para que las mareas sean más altas de lo habitual», resume.
En la costa de Vigo, las mareas vivas –las que son más altas de lo habitual– alcanzan los cuatro metros y, en esta ocasión, la pleamar crecerá todavía unos 20 centímetros más. Por otra parte, las mareas muertas –la bajamar con menor intensidad– ronda los 0,4 centímetros y, también estos días, caerá otros 20 centímetros, hasta situarse en los 0,2 metros.
«En las playas que son muy planas, veinte centímetros de altura suponen varios metros de avance en la arena«, explica González, licenciado en Ciencias do Mar y doctor por la Universidade de Vigo.
Por otra parte, las mareas muertas estos días descubrirán rocas que habitualmente no solemos ver, como las que se encuentran en el medio de la ensenada de Bouzas, por ejemplo.
El momento de mayor intensidad será este miércoles por la luna llena, pero el fenómeno tendrá lugar plenamente el jueves porque, indica el oceanógrafo, «la marea lleva un pequeño retraso con respecto a la atracción gravitatoria».
Es una fuerza que, recuerda, «mueve los océanos de la tierra, una masa gigantesca de agua que tiene su propia inercia». De ahí que «haya casi un día de retardo y no sea un efecto totalmente inmediato», aclara.
Este fenómeno tan llamativo visualmente no tiene ningún efecto sobre los organismos que habitan el mar y que suponen el campo de estudio de José González, en particular, y el Ecimat, en general. «No influye ya que normalmente los organismos que viven en estas franjas suelen estar expuestos a variaciones. Quedan con unos pocos centímetros de agua y esa exposición que van a tener al aire va a durar apenas una hora o dos como mucho durante la bajamar», precisa. En el caso de las mareas vivas, no tiene mayores consecuencias más allá del impacto visual.
Estos son los horarios de las mareas vivas y muertas extraordinarias en Vigo:
- Miércoles, 18 de septiembre:
- 4:38 horas. 3,8 metros
- 10:38 horas. 0,4 metros
- 16:54 horas. 4,1 metros
- 23:06 horas. 0,2 metros
- Jueves, 19 de septiembre:
- 5:18 horas. 3,9 metros
- 11:21 horas. 0,3 metros
- 17:36 horas. 4,2 metros
- 23:47 horas. 0,2 metros
- Viernes, 20 de septiembre:
- 5:59 horas. 3,9 metros
- 12:03 horas. 0,3 metros
- 18:20 horas. 4,1 metros