Está llamado a ser el «gran referente» y «epicentro» de la cultura «en Vigo, Galicia y el noroeste de España». Son las palabras que este mismo miércoles verbalizó el conselleiro de Cultura, José López Campos, para el futuro del Teatro Cine Fraga durante la visita que hizo al emblemático edificio acompañado de César Portela.
Sin embargo, el proyecto que se recupera estos meses de la mano del estudio del arquitecto pontevedrés busca ser mucho más ambicioso, habida cuenta de la actuación que ya está ejecutada a un 70% tras haberse interrumpido en el año 2010, pero sobre todo por las posibilidades y los grandes usos que puede llegar a albergar el edificio.
El propio Portela calificaba, ante los medios de comunicación, que esperaba «estar a la altura de lo que deseo» para el histórico y emblemático inmueble vigués que, además, tiene un significado muy personal para el proyectista.
«Todas las obras que hago tienen un factor atractivo pero, algunas, tienen factores sentimentales», señaló para detallar, a continuación, el verdadero motivo de su vínculo emocional con el Fraga: «Nunca olvidaré cuando de niño mis padres me trajeron de Pontevedra a ver la película ‘Botón de Ancla’, que se estrenaba, y eso me marcó. Desde entonces, es un sitio paradigmático para mí», anheló.
Y con esta base es con lo que trabaja el propio Portela y su equipo de colaboradores, entre los que se encuentra su hijo, Sergio Portela, encargado de guiar la visita que este miércoles se pudo hacer para recorrer todas las salas y estancias interiores del inmueble. E incluso, hasta la terraza del último piso, desde la que, como comentaba Portela al presidente de la Diputación, «se llega a ver la ría».
Con todo, y a expensas de la decisión final que se tome desde las administraciones responsables y teniendo en cuenta el proceso participativo que se tiene en marcha con el buzón virtual y las reuniones con representantes del sector cultural e institucional para «enriquecer» el documento, lo cierto es que el proyecto para el futuro Teatro Cine Fraga está «muy vivo».
Así, según pudo conocer VIGOÉ, la idea de los proyectistas pasa por darle una mayor «versatilidad» a las actuales dependencias del edificio, desde el auditorio principal con su impresionante platea hasta la antigua sala de fiestas e, incluso, un tercer espacio en el recibidor principal, en la zona actual de la escalinata que, tras la reforma, ganó un gran espacio interior con cuatro alturas y unas grandes balconadas con el objetivo de ofrecer mayor luz.
Y siguiendo este objetivo, el planteamiento que ya ronda las mentes del equipo redactor sería diferenciar estos tres espacios: la sala principal para conciertos, teatro, cine o grandes espectáculos, una segunda sala polivalente que se correspondería con la antigua ‘Nova Olimpia’ y un tercer ámbito que busca ser «más dinámico» en la entrada con la zona de cafetería, lugar para exposiciones o para el «día a día» aunque no haya programación cultural fijada en momentos concretos.
Para ello, se inspiran y toman como referencia grandes centros artísticos y culturales del ámbito internacional como, por ejemplo, la Ópera de Viena o el Tate Modern de Londres.
La primera, por su polivalencia y versatilidad. Y es que el centro neurálgico de la vida musical vienesa y uno de los polos de atracción del mundo musical, tiene la posibilidad de renovar su zona escénica a través de plataformas hidráulicas con el objetivo de ofrecer mayores posibilidades y representaciones tanto en el ámbito teatral como musical.
Esta es la idea que se pretende para el auditorio principal del Teatro Cine Fraga. En estos momentos se encuentra sin butacas pero las posibilidades de la sala, con una gran acústica, hacen pensar a los proyectistas en un gran salón donde se puedan llegar a organizar grandes conciertos -de pie o sentados-, obras de teatro, actuaciones musicales de ópera o de orquestas y no ceñirlo, simplemente, al uso cinematográfico que, en ningún caso, se descarta.
Y no se hará porque la intención de Portela es mantener la esencia histórica e inicial del inmueble, que fue ideado hace más de 80 años -data del año 1942- por encargo de Isaac Fraga Penedo, mecenas del cine en Galicia y uno de los exhibidores cinematográficos más importantes de aquella época, a Luis Soto Gutiérrez.
Es más, a día de hoy, todavía se encuentran -aunque completamente tapados- los antiguos proyectores de cine en la última planta del edificio formando parte, así, del gran museo que supone el Cine Fraga.
Con todo, la antigua sala ‘Nova Olimpia’ busca un fin parecido, con un acceso independiente en una gran bajada curva que llevará la firma única de los proyectos del arquitecto pontevedrés y con varias utilidades como sala de conferencias pero, también, como centro polivalente para organizar pequeños conciertos u otros eventos menores puesto que el aforo previsto es para unas 100 personas.
Por último, el tercer espacio diferencial sería la entrada principal del majestuoso edificio donde, siguiendo las líneas del Tate Modern de Londres, se podría considerar como zona expositiva y de ocio junto a la nueva cafetería.
En definitiva, un gran proyecto que pretende ser un referente más allá del ámbito autonómico para reabrir el solemne edificio -con más de 7.000 metros cuadrados de superficie- y ofrecer al público vigués una programación cultural a la altura de los grandes centros nacionales.