El encargado de una empresa de mantenimiento que presta servicio en el centro comercial Vialia de Vigo, acusado por un delito de acoso laboral, se ha sentado este miércoles en el banquillo de la sala de lo Penal 2 de Vigo, y ha negado haber insultado o amenazado al trabajador que lo denunció, sobre quien ha explicado que «no cumplía con su tarea».
La víctima ha relatado situaciones de hostigamiento, amenazas e insultos prácticamente desde el momento en que comenzó a trabajar con esta persona. Según su versión, el encargado se dirigía a él con expresiones como «subnormal», «retrasado mental» o «mediocre», y le amenazaba con despedirlo.
Así, ha explicado que le obligaba a reportar sobre sus tareas «cada cinco minutos», que le modificaba las órdenes de trabajo y que llegó a tener varios encontronazos con él. Según ha explicado, trasladó la situación primero a la empresa y luego a Inspección de Trabajo, hasta que denunció al encargado ante la Policía. «Me dio un ataque de ansiedad, no podía más», ha afirmado, tras explicar que su médico de cabecera le tuvo que recetar ansiolíticos porque no podía siquiera conciliar bien el sueño.
El denunciante también ha afirmado que el encargado era especialmente hostil con él porque, «ya desde el primer día», le pidió que no lo insultara ni se dirigiera a él en mal tono.
Trabajador que «no cumplía»
Por su parte, el acusado, que ha declarado al final de la vista, ha matizado que «no es del todo cierto» el relato realizado por el trabajador. Según ha declarado, el denunciante se dirigía a él de forma «arrogante, despectiva y provocativa».
Asimismo, ha explicado que tuvo conflictos con él porque era un empleado que «no cumplía con su trabajo» y que por eso tenía que estar pendiente, ya que se negaba a reportar las tareas, y «pasaban horas» sin que supiera a qué se estaba dedicando.
El acusado ha reconocido que le dijo «alguna cosa» en momentos «puntuales» debido a los nervios y a la presión propia de su labor como encargado, ya que tenía que vigilar el cumplimiento de las tareas y organizarlas. Con todo, ha negado que hubiera amenazado con despedirlo.
Además, ha criticado que éste y otro trabajador, que también le denunció, están «compinchados», pero ha insistido en que él es una «persona tranquila» que no se dedica a «lanzar insultos» contra los empleados a todas horas.
La Fiscalía pide para él penas que suman un año y medio de prisión por un delito de acoso laboral y uno de lesiones (por un episodio en el que supuestamente cogió por el pecho al denunciante); y reclama que indemnice al trabajador en algo más de 7.000 euros.