Alcaldes de municipios gallegos afectados por riesgo de inundación durante episodios de fuertes lluvias advierten de que las inversiones para reducir sus efectos son «muy costosas» para la administración local.
Así se manifiestan, consultados por Europa Press, los regidores de Gondomar (Pontevedra) y Padrón (A Coruña), Paco Ferreira y Anxo Rei, ambos del PSOE, quienes reclaman una mayor actuación por parte de Augas de Galicia.
Por su parte, la regidora de Santiago, Goretti Sanmartín, del BNG, valora una «buena relación» y «diálogo fluido» con el organismo público dependiente de la Consellería de Medio Ambiente. «No tenemos esa queja», afirma, al igual que el primer edil de Baiona (Pontevedra), el popular Jesús Vázquez Almuiña, quien afirma que «la colaboración es buena».
Mientras, el alcalde de Carballo (A Coruña), Evencio Ferrero, también del Bloque, reivindica que su gobierno «prioriza» las actuaciones dirigidas a «minorar» las consecuencias de las inundaciones en la vida de los vecinos. «Estamos más preparados y como me dijo una vecina, ahora puedo dormir tranquila», subraya.
En otros lugares como Xove (Lugo), la preocupación está más puesta en el abastecimiento de agua que en el riesgo de inundaciones, según apunta quien tiene el bastón de mando municipal, José Demetrio Salgueiro (PP).
Críticos con Augas
Crítico con la Xunta de Galicia y en concreto con Augas se muestra el regidor de Gondomar. Este ayuntamiento pontevedrés que de manera recurrente sufre anegamientos en su núcleo urbano carece del plan de emergencias con el que debería contar según el recién renovado plan especial de protección civil ante el riesgo de inundaciones en Galicia (‘Inungal’).
«No tenemos ese plan –de actualidad tras la catástrofe sucedida en Valencia– por culpa de la Xunta», advierte Paco Ferreira, en declaraciones a Europa Press. Al respecto, asegura que la Dirección Xeral de Emerxencias tiene «la pelota en su tejado» desde junio, cuando el Consistorio remitió el documento tras solventar varios requerimientos.
Gondomar empezó a elaborar este plan hace año y medio, según el alcalde, quien cuenta con tenerlo homologado por Emerxencias «a finales de año» y darle luz verde entonces en el primer pleno municipal que convoque.
Para «mitigar» los efectos de las inundaciones, un fenómeno inevitable, avisa de que «hay que limpiar», tanto espacios que ocupan el territorio para que el agua tenga más terreno, como cauces de los ríos y barreras arquitectónicas.
«Ahí deberían entrar todas las administraciones públicas. La competencia es de Augas y tiene que haber un plan de actuación orquestado por la consellería, con los ayuntamientos y las diputaciones», sostiene.
En su opinión, «ellos tienen las competencias» y «las inversiones son muy costosas para un ayuntamiento». «Echar la culpa a los ayuntamientos es una huida hacia adelante», critica.
En todo caso, reconoce que Augas «tiene pendiente» un proyecto aprobado por valor de 2,8 millones de euros, precisamente para gestionar el riesgo de inundaciones.
«Augas es quien tiene presupuesto y está especializada», mantiene, en la misma línea, el regidor de Padrón, también sin plan de emergencias ante inundaciones. «Si lo tengo que hacer, lo haré, pero no me parece coherente. Va en la línea de la Xunta de delegar competencias», reprueba.
A su juicio, Augas «podría redactar esos documentos». Además, censura que «es muy dura en sus planteamientos para dejar actuar sobre los cauces de los ríos». Por eso, su gobierno ha solicitado actuaciones, porque los regatos del municipio «se van cerrando».
Con el paso de la borrasca ‘Kirk’, el pasado octubre, la capital de la comarca del Sar registró inundaciones en las tres zonas habituales. Dos negocios y unas cinco casas se vieron afectadas, con acumulación de hasta 30 centímetros de agua, según cuenta Anxo Rei.
«Dormir tranquilos»
Cuatro «grandes episodios» son los que recuerda en los últimos 30 años el regidor de Carballo, un municipio que sí dispone del plan de emergencias que le pide el ‘Inungal’. Lo «más impactante», comenta, lo del 5 de enero de 1988.
Con la imagen de aquellas inundaciones de garajes y bajos, el alcalde nacionalista expone que ha habido que derribar dos edificios próximos al río (uno de propiedad municipal y otro por el que hubo que indemnizar a los vecinos) y también que actuar sobre un puente para abrir más luz.
«Ahora estamos más preparados. El objetivo final es minorar los efectos de este riesgo. Nosotros priorizamos estas actuaciones, para que la gente que tiene su vivienda en zonas próximas al agua diga, como me dijo una vecina, ahora puedo dormir tranquila», proclama.
Desde Compostela, Sanmartín manifestaba esta semana, en declaraciones a los medios de comunicación durante un acto, que la capital gallega se encuentra «en disposición de hacer las actualizaciones que sean necesarias» en cuanto al mapa de riesgos.
Por su parte, recomienda «un esfuerzo de pedagogía» y «campañas de concienciación», así como tener presente que «hay especies en los ríos que facilitan que no sean zonas inundables».
«Buena colaboración»
Otro municipio que está obligado por el plan ante el riesgo de inundaciones a tener un documento de acción pero no cuenta con él es Baiona.
El primer edil, Jesús Vázquez Almuiña, asegura estar «trabajando en él» e indica que Augas le pidió «una revisión». Son planes «muy complejos» y «a nivel interno» el consistorio está «trabajando», de modo que espera «tenerlo aprobado el año que viene».
En cuanto a la situación del ayuntamiento, defiende «un cambio» a mejor después de 2006, cuando hubo «graves inundaciones» después de la ola de incendios de ese año.
En un contexto de «colaboración» con Augas, según explica, fueron acometidas «obras hidráulicas muy importantes» y la situación en Santa Cristina da Ramallosa, «siempre muy castigada», ha mejorado «mucho», si bien «todo es mejorable».
Por último, el primer edil de Xove indica que Augas «lleva tres meses» ejecutando limpieza de cauces en esta localidad y, si bien reconoce que «hubo alguna ayuda» para elaborar el plan de actuación minicipal ante inundaciones, ahora en proceso de contratación, «siempre surgen otras prioridades, otras emergencias en tema de aguas».