El Concello de Vigo quiere darle un cambio de imagen a una esquina bastante olvidada de una de las zonas más céntricas e históricas de la ciudad ubicada en pleno Casco Vello.
La pasada semana, el alcalde Abel Caballero avanzaba la puesta en marcha de los trámites para llevar a cabo la reforma y el acondicionamiento de un local ubicado en el número 1 de la plaza del Paseo de Alfonso XII, justo enfrente del Olivo, con el objeto de poner fin al estado de abandono de este pequeño rincón del barrio histórico.
Y así ha sido habida cuenta de la licitación de la obra que se acaba de publicar y que ya espera ofertas de las empresas interesadas en ejecutarlo.
De hecho, el plazo que se da para todas aquellas constructoras que se quieran hacer con el contrato, que tiene un importe de licitación más IVA que alcanza los 119.106,8 euros, finaliza el próximo 18 de diciembre.
Así, se trata de una pequeña actuación que está proyectada por el estudio de arquitectura del vigués Alfredo Sirvent Silveira, conocedor ya de la zona antigua de Vigo puesto que ha sido el encargado de redactar el documento arquitectónico del edificio de viviendas que el Consorcio Casco Vello de Vigo (CCVV) rehabilitará en el número 39 de la calle Elduayen.
Además, su trayectoria como proyectista está avalada también por los premios. Y es que acaba de ser galardonado en los últimos premios de arquitectura ‘Gran de Area 2024’ por su proyecto de una vivienda unifamiliar en Nigrán.
Con todo, la obra que se acaba de licitar cuenta con un plazo de ejecución de 3 meses y, pese a que se trata de una reforma que se puede considerar menor, la actuación pasa por adecuar el local municipal -actualmente abandonado- en un espacio en el que reubicar un centro de mando de alumbrado público, que actualmente está localizado en sus proximidades.
Según reza el proyecto firmado por Alfredo Sirvent, el bajo cuenta con una superficie total construida de 49,12 metros cuadrados, y se organiza en una planta baja a nivel de la plaza del Paseo de Alfonso XII y bajo la calle Santiago, donde se ejecutará la obra de acondicionamiento pero, también, la «reformulación urbana» del entorno que, como matiza, tiene una «presencia importante» como imagen de una de las zonas «más emblemáticas» de la ciudad y, por tanto, una «necesidad de conformar y dignificar dicho rincón urbano como un espacio público de calidad».
En esta línea es en la que trabajarán y, para ello, mudarán por completo la imagen del local «empotrado» bajo la rampa de la calle Santiago con el objetivo de «solucionar los problemas constructivos y compositivos» del local incorporando al mismo tiempo «una nueva configuración a la plaza» restringiendo el uso para las instalaciones municipales donde se ubicará el centro de mando del alumbrado público pero, también, «limpiando» el entorno.
«Limpiar de coches» el tramo de la calle Santiago
De hecho, explican que en el exterior del local, la «estrategia» a seguir es la de «implementar un nuevo plano ciego vertical resuelto en piedra, de modo que un único material, el granito, resuelve la continuidad urbana entre pavimento y fachada», detallan.
Y en ese «afán por limpiar», el proyecto también propone “limpiar de coches» el tramo de la calle Santiago que discurre sobre el local, eliminando el aparcamiento para residentes en la zona, con la finalidad de «evitar sobrecargas de uso y dignificar visualmente el entorno de la plaza».
De este modo, el Concello de Vigo sigue eliminando las escasas plazas de aparcamiento que los residentes del Casco Vello ya tienen en superficie y que se suman a las ya retiradas en la calle Poboadores y las próximas que se prevé «retirar» una vez que empiecen las obras de las rampas previstas en el Paseo de Granada.
Mirador y zona verde
Sin embargo, el documento técnico matiza que, con esta actuación se conseguirá «un encuentro» entre el plano de la fachada y el suelo» que generará una bancada de granito para solucionar las distintas pendientes aportando, además, un «espacio estancial a modo de mirador» hacia las vistas de la Ría de Vigo desde el Paseo de Alfonso XII.
Y es que los redactores del proyecto hacen especial mención a la «doble relación» que supone esta pequeña obra para el entorno. Así, el local ejercer de «zócalo» bajo la calle Santiago «relacionándose» con el Paseo de Alfonso «de un modo directo y activo», por cuanto la propia fachada «parece desparramarse» sobre la plaza en forma de bancada.
Mientras, matizan, la actuación sobre la calle Santiago «supone otro tipo de relación, más silenciosa y limpia, ya que al eliminar el peto de piedra y proponer una barandilla más transparente o calada, se amplía la visual y se resuelve el encuentro entre la calle y la fachada en una pieza de granito ligeramente resaltada para recoger las escorrentías y servir de soporte a la barandilla».
Con todo, consideran que el uso «intensivo» del granito en la superficie y en el arranque de la fachada establece la relación buscada de «respeto e integración» con la materialidad del Casco Vello de Vigo.
Así, la obra se rematará con la colocación de varios elementos de mobiliario urbano y jardinería con la plantación de tres árboles en las proximidades del local, y fuera de la posible circulación rodada, que tendrán como objetivo final «arropar» la bancada de granito propuesta.
Los árboles propuestos son de la especie Acer Campestre completando la actuación con la instalación de riego automático por goteo, tanto en los alcorques de los árboles, y con centralita ubicada dentro del local rehabilitado.
Con todo, una reforma que pretende acabar con una esquina «abandonada» del barrio histórico de la ciudad para, como subrayó Abel Caballero, «embellecer la plaza y mejorar la accesibilidad» buscando el objetivo final de que el Paseo de Alfonso «esté acorde» con la importancia histórica y patrimonial que tiene la zona antigua viguesa.