Según la página web del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible, en la actualidad existen una docena de autopistas de peaje en España y, aunque resulte tedioso, conviene enumerarlas y rememorarlas para observar comparativamente la discriminación con Galicia.
Se trata de la AP-66, Campomanes – León; la conexión de la AP- 51 con la AP-6, en Ávila; AP- 6, Villalba – Villacastín – Adanero; AP-61, la conexión de la AP-6 con Segovia; AP-68, que conecta Bilbao con Zaragoza; AP-7, desde Alicante a Cartagena; AP-71, que une León con Astorga; AP-46, desde el Alto de las Pedrizas hasta Málaga; AP-7, que conecta Málaga con Estepona; AP-7, que conecta Estepona con Guadiaro; y las gallegas AP-53, que conecta Santiago de Compostela con el Alto de Santo Domingo; y la controvertida AP-9, que conecta Ferrol con la frontera portuguesa.
Se observa que no existen autopistas de peaje en Cataluña, que en Andalucía apenas existen autopistas de pago a pesar de que alguna de ellas incluye la utilización de puentes, como es el caso del moderno puente de la Constitución de 1812 —-que muestra la fotografía—-, que cruza la bahía de Cádiz y que forma parte de la llamada autopista del Sur. Pongamos como ejemplo el desplazamiento desde Huelva hasta Cádiz, que, como consecuencia de la existencia del Parque de Doñana, obliga a desviarse por Sevilla aunque sea casi todo el trayecto por autopista, pero sin pagar absolutamente nada, incluso al pasar por el mencionado puente de la Constitución de 1812, de moderna construcción, atirantado y abierto al tráfico en septiembre de 2015. Los gallegos somos los más discriminados y seguimos pagando peajes abusivos, igual da que gobierne Juan que Pedro, todo son disculpas. Algún día llegará al gobierno gallego algún partido que fuerce las cosas para concluir esta situación. Mientras tanto, esos peajes seguirán engordando los bolsillos de los accionistas de las autopistas gallegas, sobradamente amortizadas y rentabilizadas, y quizá también contribuyan a subvencionar, bajo cuerda, algunos partidos políticos; algún día se sabrá.