La Universidad de Vigo y la Consellería de Medio Ambiente e Cambio Climático han firmado un convenio de colaboración para el desarrollo de un proyecto de acción contra el cambio climático que incluye el diseño de una metodología para elaborar mapas de calor, así como la localización de refugios climáticos en los ayuntamientos gallegos, atendiendo a las necesidades de biodiversidad.
La titular de este departamento, Ángeles Vázquez, y el rector de la Universidad de Vigo, Manuel Reigosa, han sido los encargados de firmar el convenio que tendrá como objetivo avanzar en la creación de zonas verdes y «contribuir a elevar el bienestar de la ciudadanía», en este campo a nivel local.
La responsable autonómica ha explicado que la finalidad última de este acuerdo, con un presupuesto de cerca de 40.000 euros en el marco del plan estatal Pima Refugios Climáticos, es dotar a los municipios de «información y procedimientos claros» para que puedan crear «entornos amables y adapten sus zonas urbanas con la apuesta por más espacios naturales y menos infraestructura gris».
De este modo, desarrollarán un proyecto de acción contra el cambio climático para que las entidades locales identifiquen, en su ámbito de actuación, cuáles son las islas de calor, es decir, las zonas con temperaturas más altas del ayuntamiento, y cuáles los refugios climáticos, las más frescas y verdes que puedan ser empleadas por la población en episodios de elevadas temperaturas; así como también las zonas de preservación de la biodiversidad.
«Este convenio es para nosotros trascendental», ha asegurado la conselleira de Medio Ambiente, que ha puesto de relieve el impacto de la climatología en la calidad de vida de las personas.
Así pues, ha destacado la trascendencia de contar con refugios climáticos que ayuden a paliar estas situaciones, ofreciendo lugares frescos y zonas de sombras para acoger a la población más vulnerable.
«Galicia quiere ser un refugio climático y para ser un refugio climático tiene que haber una metodología», ha afirmado Vázquez, que ha defendido que el diseño de estos refugios climáticos necesita «un enfoque integral» que tenga en cuenta la adaptación de los ecosistemas y la mejora de la calidad de vida de la ciudadanía.
Por todo ello, ha agradecido la labor de los profesionales de la Universidad de Vigo, que se encargarán de plasmar los conocimientos científicos y técnicos en métodos concretos con los que ofrecer estas soluciones.
El responsable del proyecto, Pedro Orgeira, ha manifestado que se busca establecer una metodología que sea aplicable a cualquier ayuntamiento gallego, para que se pueda «determinar de una forma sencilla, con un dispositivo portátil, cuáles son las islas de calor y cuáles las zonas que puedan ser refugios climáticos».
Con la herramienta resultante ha manifestado que todo ayuntamiento podrá realizar un mapa para localizar estas zonas, que estarán a disposición tanto de los vecinos como de cualquier visitante.
Orgeira ha deseado que este diseño «sea el punto inicio» para una segunda fase en la que «ampliar y mejorar el grado de detalles», incorporando incluso imágenes de satélites o información capturada sensorialmente por drones.
Así las cosas, la responsable autonómica ha celebrado que con este convenio «Galicia continuará a la vanguardia en la lucha contra el cambio climático», al ofrecer información estructurada y localizada geográficamente para identificar estas zonas en momentos de episodios adversos.